La Policía japonesa detuvo este viernes a un hombre que mantuvo secuestrados a lo largo de esta pasada noche a tres trabajadores sanitarios y mató a tiros a uno de ellos, durante una visita a su domicilio en un incidente bastante insólito con un arma de fuego en un país donde su uso está extraordinariamente restringido.
El acusado ha sido identificado como Hiroshi Watanabe, de 66 años de edad y residente en Fujimono, al norte de Tokio, que decidió retener durante once horas a los tres trabajadores sanitarios que visitaban su casa.
Según el ‘Japan Times’, el equipo médico había cuidado durante meses de la recientemente fallecida madre del agresor, quien a su vez les pidió que hicieran una visita de condolencias a su domicilio el jueves por la noche, cuando procedió a secuestrar a los tres.
En torno a la medianoche, los vecinos escucharon varios disparos y procedieron a llamar a la Policía, el doctor Suzuki recibió un tiro en el pecho que a la postre acabaría causándole la muerte.
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El médico fallecido ha sido identificado como Junichi Suzuki, de 44 años de edad, herido durante el secuestro y que murió finalmente en el hospital donde fue trasladado después de que la Policía resolviera la situación. Otro sanitario, de 41, recibió un disparo en el estómago y ahora mismo se encuentra internado en estado crítico.
El tercer sanitario, de 32 años, consiguió escapar a una comisaría de Policía cercana con heridas leves por inhalación de gases lacrimógenos en el momento en que la Policía decidió intervenir para resolver el secuestro, tras evacuar a 110 residentes cercanos y cerrar temporalmente las escuelas primarias y secundarias del área.
Fuentes de la investigación han informado a la agencia oficial de noticias japonesa Kyodo que el sospechoso estaba enfadado por la calidad de la atención recibida por su madre, y que guardaba en su domicilio dos «armas de caza», una de las cuales empleó para efectuar los disparos.
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Para conseguir un arma de fuego en Japón, los civiles tienen que tomar clases, pasar un examen y aprobar una prueba en un campo de tiro con un 95% de eficacia. La Policía investiga además cualquier antecedente penal e incluso a familiares y amigos del solicitante. Las armas cortas están totalmente prohibidas y solo se permiten escopetas y rifles de aire comprimido.
En 2018 solo hubo tres muertos por armas de fuego en el país en incidentes protagonizados, principalmente, por miembros del crimen organizado, según datos de la Agencia Nacional de Policía japonesa citada por el portal de noticias Nippon.