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Antonio de la Torre: “El Holocausto fue posible por gente como tú y como yo, que miró para otro lado”

El actor vuelve al teatro con ‘Un hombre de paso’, una reflexión sobre el genocidio judío que llega a las Naves del Español Reconoce que le da “pena” no estar nominado en los Goya, pero destaca que “hay que saber bajarse del escenario”

Joaquin Corchero - Europa Press (Joaquin Corchero/Europa Press)

El actor vuelve al teatro con ‘Un hombre de paso’, una reflexión sobre el genocidio judío que llega a las Naves del Español

Reconoce que le da «pena» no estar nominado en los Goya, pero destaca que «hay que saber bajarse del escenario»

MADRID, 1 (EUROPA PRESS)

El actor Antonio de la Torre (Málaga, 1978) vuelve a las tablas con la obra ‘Un hombre de paso’, una crítica reflexión contemporánea sobre el Holocausto, un genocidio que, a su juicio, «fue posible por gente como tú y como yo, que miró para otro lado», por lo que considera que una «atrocidad» como esta podría repetirse.

«Nos reconforta pensar en lo malo que era Hitler, pero el genocidio fue un camino histórico en el que millones de personas como nosotros colaboraron», sopesa el actor en una entrevista concedida a Europa Press.

En ‘Un hombre de paso’, que llega el 3 de febrero a las Naves del Teatro Español en Madrid tras su estreno absoluto en Sevilla, De la Torre sigue la dramaturgia de Felipe Vega y la batuta de Manuel Martín Cuenca para meterse en la piel de Maurice Rossel, miembro de la Cruz Roja Internacional que en la vida real visitó los campos de concentración de Auschwitz, en Polonia, y Theresienstadt, en República Checa, y emitió erróneos informes favorables sobre lo que ahí se vivía.

En escena, Rossel se enfrenta, años después de sus visitas a los campos nazis, a la entrevista de una periodista, Anna (María Morales) –emulando una entrevista que le realizó el cineasta francés Claude Lanzmann a finales de los años 70–, y lo hace ante la presencia del escritor Primo Levi (Juan Carlos Villanueva), superviviente de Auschwitz.

«Rossel tiene recuerdos de lo que vio, pero son unos recuerdos que intenta evitar. Vemos a un hombre que cuenta el horror, pero como le resulta tan insoportable, lo tapa de alguna manera», explica el actor malagueño sobre su personaje, que, asegura, ha intentado abordar de manera que no fuese «doctrinario» o «moralista», sino «real».

En una defensa de la teoría de la banalidad del mal de la filósofa judía Hannah Arendt, De la Torre «entiende» el comportamiento de su personaje e insta a pensar en que «hasta el acto más atroz tiene una explicación», que no una «justificación».

«Rossel es uno de los nuestros, y como uno de los nuestros ante una situación así, en lugar de hacerse el héroe, hace lo que haríamos la mayoría, a lo mejor lo que seguramente haría yo, mirar para otro lado», asume.

«Es lo que hacemos siempre. Ahora mismo se me viene a la cabeza el genocidio de Ruanda (1994), murió un millón de personas y nosotros estábamos como ‘jo, parece que ahí está la cosa muy mal’, y en realidad era brutal lo que estaba pasando. Nos falta tomar conciencia», avisa al respecto.

En esta línea, reflexiona sobre la tendencia de la sociedad moderna a «mirar hacia otro lado», lo que ve lógico como respuesta al «coñazo» que supone enfrentar el «dolor», aunque es consciente de que ello finalmente «causa aún más dolor, a otros y a uno mismo».

PODRÍA REPETIRSE UN GENOCIDIO

De la Torre cree que es «muy importante» tener en cuenta estas tendencias porque, a su juicio, marca el futuro de los conflictos. «Diría que se puede volver a producir un genocidio como el judío», apostilla.

Al hilo, precisamente, de una de las pugnas que copan la actualidad en las últimas semanas, la tensión en la frontera entre Rusia y Ucrania, el actor ve una situación «compleja», pero defiende la eliminación de las fronteras.

«Soy una persona cuyos sueños son unos Estados Unidos de la Humanidad», destaca con convicción, para resaltar hay que afrontar «desde lo global» los problemas cada vez «más globales». «Es de sentido común, pero, no sé por qué, persistimos en el error», lamenta.

Por otro lado, preguntado sobre el auge en Europa de discursos de odio –en relación con el suscitado contra los judíos en el Holocausto–, De la Torre apunta al papel de la información y las nuevas tecnologías. «Ahora el gran reto es distinguir la aguja en esta enorme universo de paja que es la información», advierte al respecto el licenciado en Periodismo.

Asimismo, llama a hacer una reflexión «serena» ante los discursos de odio y, personalmente, «intentar que la violencia no te cale», pero la «frivolidad» de este debate e ironiza: «Ahora estamos hablando de esto, pero al minuto me puedo poner a ver cualquier clickbait».

VUELTA AL TEATRO Y SIN NOMINACIONES AL GOYA

Por otra parte, el actor ahonda en su vuelta al teatro con ‘Un hombre de paso’ tras una década alejado de las tablas, una decisión que ha tomado para poder trabajar con Manuel Martín Cuenca y poder interpretar «de una manera más animal». Por ahora, prefiere no hacer una valoración de lo que ha supuesto su regreso porque aún está en el proceso –la obra a penas se estrenó el 27 de enero–.

Para esta vuelta, el actor subraya el «trabajo previo» que ha realizado, con un período de lectura e investigación. «Soy una persona con curiosidad por la vida, por el ser humano, y me meto en los proyectos que son como una forma de aprender», detalla el intérprete que espera mantener este «espíritu» hasta el día de su muerte.

Esta apuesta por sus personajes ha hecho, seguramente, que De la Torre sea el actor con más nominaciones en los Premios Goya, con un total de 14, aunque no está entre los candidatos de la XXXVI edición de los galardones, que se celebra el 12 de febrero.

El malagueño afirma tener una «sensación contradictoria» por no estar nominado, algo «lógico» ya que no tenía una película, pero destaca que «hay que saber bajarse del escenario» porque no se puede estar nominado «toda la vida». Su última nominación fue en la edición XXXIV como protagonista por ‘La Trinchera Infinita’, y tiene en su vitrina dos galardones, como mejor protagonista, por ‘El Reino’, en la edición anterior, y el de actor de reparto en ‘Azul oscuro casi negro’, en 2006.

Más allá de los premios y con el presente entre bambalinas, el actor concluye la entrevista profesando su amor por la profesión. «Una de las cosas que pensé cuando empezaba a estudiar (interpretación) fue la ilusión que me hacía la idea de no tener que jubilarme, poder cascarla en acto de servicio», rememora.

Y es que, asegura, mantiene esa ilusión por la «suerte» que ha tenido en la vida»: «Tengo un oficio que me da para comer y vivir, y en el que quiero seguir hasta el final, hasta morirme».

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