BANGKOK (AP) — Los habitantes de dos poblados del noroeste de Myanmar dijeron que soldados gubernamentales quemaron cientos de viviendas esta semana, aparentemente mientras buscaban a miembros de una milicia armada opuesta al régimen militar.
El ataque el lunes en la región noroccidental de Sagaing se llevó a cabo la víspera del aniversario del golpe de Estado del 1 de febrero en el que fue derrocado el gobierno electo de Aung San Suu Kyi, y puso de relieve la intensa lucha por el poder. El ataque también fue reportado por medios independientes de Myanmar.
El golpe militar desató protestas no violentas a nivel masivo en todo el país, pero cuando las fuerzas armadas y la policía respondieron con fuerza letal, surgió una resistencia armada en las ciudades y el campo. La lucha ha sido especialmente activa en el noroeste, incluyendo la región de Sagaing y el estado Chin, a pesar de la abrumadora superioridad de las fuerzas armadas.
Los residentes del poblado de Mwe Tone indicaron el jueves que 200 de las 250 viviendas en el lugar fueron arrasadas por el fuego, junto con casi 200 de las 800 casas en la cercana localidad de Pan. Los medios de comunicación de Myanmar reportaron cifras similares.
“Como agricultor, ahorré dinero durante 15 años para construir una casa, y todo lo que quedó de mi casa fue ceniza. No sólo mi casa, sino todo el poblado quedó convertido en ceniza”, dijo un poblador de Mwe Tone de 29 años, el cual habló a condición de guardar el anonimato porque temía represalias de las autoridades. “Ahora no tenemos nada para comer ni vivir”.
En las fotografías era posible ver bombas de agua, tractores y vehículos destruidos por el fuego. Animales de granja también sucumbieron ante las llamas.
El Ejército de Myanmar es conocido por utilizar incendios provocados como una de sus estrategias en sus operativos contra la insurgencia. Se cree que las tropas arrasaron hasta 200 localidades en una campaña brutal en el estado occidental de Rakhine en 2017, la cual obligó a más de 700.000 pobladores de la minoría musulmana rohinya a huir al vecino Bangladesh.
El Ejército ha sido acusado de crímenes contra la humanidad y genocidio por sus acciones contra los rohinya, las cuales también han incluido el asesinato y violación de civiles. En su campaña actual contra los opositores del régimen militar, ha sido acusado de nuevo de arrasar viviendas y efectuar masacres de civiles.
Las tácticas del gobierno también han provocado una enorme crisis humanitaria, con más de 300.000 personas a nivel nacional desplazadas de sus viviendas, y frecuentemente el conflicto impide brindarles asistencia.
Tanto la resistencia armada como la no violenta al golpe militar han impedido que las fuerzas armadas consoliden su régimen, y algunos expertos dicen que el país se ha sumido en una guerra civil. En general la resistencia usa estrategias de guerrilla, ante lo cual el Ejército suele responder con fuerza bruta.