MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
En el último siglo, la corriente en chorro, que esta semana trajo las tormentas Dudley, Eunice y Franklin al Reino Unido, se ha desplazado hacia el norte hasta 330 kilómetros y reforzado un 8%.
Las corrientes en chorro son bandas rápidas de aire que fluyen alrededor del globo a unos diez mil metros sobre la superficie de la Tierra. Tienen una influencia significativa en la actividad de las tormentas y los patrones de temperatura en todo el hemisferio norte, lo que puede afectar el clima a través de fuertes vientos e inundaciones. Este es el estudio regional más largo de la corriente en chorro del hemisferio norte y las tendencias observadas son indicadores potenciales del cambio climático.
El nuevo estudio, publicado en Climate Dynamics, proporciona una comparación de la corriente en chorro del hemisferio norte en océanos y continentes y encuentra que las tendencias de la corriente en chorro varían según la región y la temporada. Entre 1871 y 2011, el movimiento invernal promedio en la latitud de la corriente en chorro sobre el Atlántico norte fue de 44° a 47° norte con un aumento de velocidad de 10 millas por hora, pero no se observaron aumentos sobre el Pacífico norte.
El estudio fue dirigido por la doctora Samantha Hallam, de la Universidad de Maynooth en Irlanda, mientras realizaba un doctorado. en la Universidad de Southampton.
«Se observan aumentos significativos en la latitud y la velocidad de los chorros de invierno sobre el Atlántico Norte y Eurasia. Estos cambios son consistentes con la disminución de la temperatura y el aumento de los gradientes de presión observados entre el ecuador y el Ártico durante el período, y probablemente asociados con los cálidos inviernos árticos», dijo en un comunicado.
«Sobre el Pacífico Norte, no se observa un aumento en la latitud o la velocidad de los chorros, sin embargo, los cambios en las temperaturas de la superficie del mar del Pacífico Norte explican más del 50% de la variabilidad en la latitud de los chorros», agregó.
Los resultados destacan que la variabilidad y las tendencias de los chorros del hemisferio norte difieren regionalmente en el Atlántico Norte, el Pacífico Norte, Eurasia y América del Norte. Esto es importante para hacer predicciones climáticas y desarrollar planes para combatir el cambio climático.
Estos hallazgos son el resultado de un análisis estadístico de la corriente en chorro de 250 mb utilizando el conjunto de datos de Twentieth Century Reanalysis.