WELLINGTON, Nueva Zelanda (AP) — Con equipo antidisturbios y gas lacrimógeno, la policía neozelandesa dispersó el miércoles a cientos de manifestantes que han acampado durante más de tres semanas frente al Parlamento del país.
Se trata del despliegue más significativo de fuerza hasta la fecha por parte de las autoridades en contra de manifestantes, quienes se oponen a las órdenes de vacunación contra el coronavirus.
La policía también comenzó a remolcar algunos de los cerca de 300 coches, vagonetas y camiones que los manifestantes usaron para bloquear las calles de la zona. La caravana se inspiró en protestas similares realizadas en Canadá y ha provocado otras movilizaciones en distintos puntos de Nueva Zelanda.
La acción policial comenzó en las primeras horas de la mañana en la capital.
A los manifestantes se les informó a través de altavoces que estaban invadiendo el territorio y que debían marcharse, mientras que los agentes desmontaban tiendas de campaña y un helicóptero de la policía sobrevolaba el lugar.
Algunos manifestantes confrontaron a la policía y utilizaron leche para intentar limpiarse los ojos del gas lacrimógeno.
Hacia media mañana, la policía informó que había realizado unos 60 arrestos y recuperado mucho terreno.
Además, informó de que algunos manifestantes emplearon escudos caseros de madera contrachapada y rastrillos, y que habían visto a por lo menos 10 niños se encontraban en el lugar de la protesta, por lo que instaron a sus padres a llevárselos de regreso a casa.
Estas protestas han generado un ambiente político más tenso en toda Nueva Zelanda. El personal de seguridad que acompaña a la primera ministra, Jacinda Ardern, fue reforzado después de que los manifestantes interrumpieron algunos de sus actos, incluso cuando salía de una visita escolar en Christchurch la semana pasada.
Los legisladores de todos los partidos se han negado a reunirse con los manifestantes.
Hace unos días, un manifestante embistió con su vehículo un cerco policial, y estuvo a punto de arrollar a algunos agentes. Además, la policía afirmó que algunos de los manifestantes les habían arrojado heces humanas.
