MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno tomará declaración el próximo 9 de marzo como testigo al empresario argentino Alejandro Roemmers, el socio del productor televisivo José Luis Moreno que habría sido presuntamente estafado por el propio ventrílocuo en la realización de la serie ‘Glow & Darkness’, que versa sobre la vida de Francisco de Asís.
El titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2 escuchará la versión de Roemmers después de haber pospuesto su declaración, que debía celebrarse el pasado 9 de febrero. Todo ello meses después de que el magistrado aceptase el pasado mes de octubre la petición realizada por Moreno, que le pedía que le llamase para esclarecer la inversión realizada por el argentino.
Roemmers, el productor que habría sido estafado por Moreno, figura como perjudicado en la causa después de que invirtiera más de 30 millones de euros para la producción de la serie sobre Francisco de Asís que no habría llegado a término. En un comunicado emitido el pasado mes de agosto, su defensa explicaba que Roemmers se personó para conocer la realidad de ‘Glow & Darkness’, «su calidad, su coste, y qué falta» por realizar.
Dado que había realizado con éxito el musical ‘Franciscus’ en 2016, y tras llevarlo a España de la mano de Moreno en 2018, Roemmers explica en un comunicado que decidió constituir junto al famoso ventrílocuo en 2018 una empresa conjunta –Dreamlight International Productions– «financiada íntegramente» por Roemmers a través de su sociedad Franciscus Productions.
El objetivo era realizar «una gran serie internacional» sobre la figura de Francisco de Asís y su época histórica. Tal y como explicó Roemmers, la producción de la serie fue avanzando siempre «aunque con importantes demoras y sobrecostes» que él fue financiando porque quería llevar a buen término la serie y proceder a su comercialización y difusión.
Habría sido a raíz de la investigación policial en el caso ‘Titella’ y de las conversaciones intervenidas en el curso de las pesquisas por presunta defraudación a entidades bancarias, cuando Roemmers supo que «podría estar siendo estafado mediante la emisión de facturas ficticias que no respondían a gasto alguno o eran infladas arbitrariamente para desviar los fondos entregados (…) para la realización de la serie».
TRAS LA DECLARACIÓN DE MORENO
La testifical de Roemmers llega unas semanas después de que Moreno, el principal investigado en ‘Titella’, declarase como investigado el pasado 17 de febrero. Ante el juez, el ventrílocuo negó cualquier ilegalidad en relación con la presunta macroestafa que se investiga en la Audiencia Nacional, asegurando que no es «capo» de nada, sino un empresario con una larga trayectoria.
Moreno se refirió entonces a Roemmers como una persona estupenda y un gran escritor que, a su juicio, merece el premio Nobel. Eso es un «bulo», afirmó sobre la presunta estafa al argentino, recalcando que la Audiencia Nacional tiene en su poder desde hace meses los 1.900 minutos grabados, que equivalen a unos 35 capítulos, algunos de los cuales se ofreció a mostrar.
Moreno indicó que hasta el propio Roemmers se dio cuenta durante un viaje que hicieron en el contexto de la grabación de ‘Glow & Darkness’ de que los 35 millones de euros que había invertido en la sociedad conjunta, Dreamlight, podían no ser suficiente para hacer frente a una producción tan ambiciosa.
De hecho, detalló que el empresario argentino observó que los precios de producciones similares eran más altos, lo que le generó inquietud, por lo que Moreno propuso una auditoría. Hubo dos peritos, uno por parte de Roemmers y otro por parte del ventrílocuo porque, según expuso, el inversor es buena persona pero muy influenciable. De esas periciales quedó claro que el valor de la producción era muy superior al dinero inyectado: más de 250 millones.
La otrora estrella televisiva también rechazó irregularidades en los pagos efectuados por Dreamlight. De acuerdo con su versión, no se desembolsaba ni un euro sin que el equipo de Roemmers diera el visto bueno. Había hasta tres ‘controllers’, subrayó.
MORENO, LA TARJETA DE VISITA
Los investigadores dividen la presunta trama en dos organizaciones: una liderada por Moreno, Antonio Aguilera y Antonio Salazar, dedicada desde 2017 al «fraude y estafa a entidades bancarias e inversores privados», «a la falsificación de efectos bancarios como cheques y pagarés» y al «blanqueo de capitales»; y otra, encabezada por Carlos Brambilla, presunto narcotraficante que se habría valido de dicha estructura para blanquear el dinero.
Según el relato judicial, Moreno y Aguilera serían los «máximos responsables» y Salazar, el tercero en acción. Cada uno tendría una función. El productor, «como persona pública muy reconocida, prestaría su nombre como tarjeta de visita» a fin de conseguir fácilmente la financiación que fingirían necesitar para poner en marcha un proyecto cinematográfico. Por tanto, «era el principal receptor de los fondos obtenidos».
Ese dinero pasaría entonces a manos de Aguilera y Salazar. Los dos tendrían «amplios conocimientos en operativa bancaria y mercantil», por lo que se ocuparían de crear las sociedades, «maquillarlas», poner administradores y presentarlas ante las entidades bancarias como los destinatarios de la financiación necesaria para dichos proyectos. En realidad, carecerían de actividad alguna.
Mediante esta red de «empresas pantalla» administradas por presuntos testaferros ambas organizaciones moverían «grandes cantidades de dinero en efectivo» a las que intentaban dar salida con ingresos que hacían pasar por beneficios de su labor mercantil o con inyecciones en metálico para lo que contarían con la complicidad de empleados de banca que se llevarían su comisión a cambio de introductor este dinero en el circuito legal.