Los horrores de la guerra se están convirtiendo en la nueva normalidad de millones de personas en Ucrania; cuyas ciudades han quedado totalmente destruidas y, que en el mejor de los casos, tardarán años en recuperar su vida anterior; sin embargo, especialistas coinciden que eso será imposible para la mayoría.
Ejemplo de ello es la sitiada ciudad nororiental de Járkiv, en la que la red del Metro está siendo utilizada como refugio para protegerse de los bombardeos. Miles de personas han convertido los vagones en sustitutos de las casas de las han huido, debido a los ataques de las fuerzas rusas.
“La crisis de Ucrania nos ha mostrado lo mejor y lo peor de la humanidad. Nos ha mostrado la brutalidad de una agresión no provocada que corre el riesgo de desestabilizar el orden mundial”, comenta William Plowright, profesor de Estudios sobre la Paz y los Conflictos, de la Escuela de Gobierno y Asuntos Internacionales de la Universidad de Durham, Reino Unido, en entrevista con Publimetro.
“Por otro lado, hemos visto una inmensa muestra de humanidad, al abrirse los países a los refugiados a una escala inmensa que no solemos ver con las crisis mundiales. La respuesta mundial a la crisis ha sido profundamente conmovedora, pero aún queda mucho por hacer”, añade.
Hasta el 25 de marzo, la Organización Mundial de la Salud ha confirmado 65 ataques a la sanidad ucraniana. “Esto incluye el infame ataque al hospital de maternidad de Mariupol, que destruyó el 90% del edificio del hospital. Muchas personas sufrirán la destrucción de las infraestructuras sanitarias durante mucho tiempo, ya que no pueden buscar la asistencia médica que tanto necesitan”, explica Plowright.
Además, según el Ministerio de Educación y Ciencia, 548 centros educativos han sufrido daños, de los cuales 72 han sido destruidos. Para el especialista británico, “Independientemente de cómo termine la crisis, las infraestructuras ucranianas quedarán devastadas y pasará mucho tiempo antes de que el país pueda volver a la vida normal”.
El epicentro de la guerra se vive al interior de Ucrania
Las imágenes que surgen de la invasión rusa de Ucrania recuerdan lo que las guerras suelen demostrar: las ciudades son a la vez objetivos estratégicos clave y los lugares que soportan los mayores costes del conflicto.
Las ciudades y los pueblos en el camino del avance ruso también han sido devastados. Pero son las ciudades, en las que vivían cerca de dos tercios de los 44 millones de ucranianos antes de la invasión, de acuerdo con el periódico New York Times, las que están en el punto de mira del asalto ruso.
Ahora, desde Kharkiv y Kyiv en el norte hasta Mariupol en el sur, muchas mujeres y niños han huido, y los barrios urbanos se están convirtiendo en campos de batalla. Los negocios, las casas, las escuelas, las instituciones culturales y los edificios históricos están amenazados de destrucción, y hasta finales de marzo, al menos mil 500 objetivos civiles han sido dañados o destruidos. Al mismo tiempo, los combatientes ucranianos han montado hasta ahora una oposición más dura de lo esperado contra una fuerza superior.
“Lo que hemos aprendido, lamentablemente, es que cuando las grandes potencias atacan, hay un desprecio total por las vidas de los civiles”, explica Lily Hamourtziadou, profesora titular de Criminología y Estudios de Seguridad en la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de la ciudad de Birmingham, en Reino Unido, en entrevista con Publimetro.
Hamourtziadou, autora del libro Body Count; the war on terror and civilian deaths in Iraq (Recuento de cadáveres; la guerra contra el terrorismo y las muertes de civiles en Iraq) explica que la invasión rusa en Ucrania ha matado ya a mil civiles ucranianos, según informes de la ONU.
“Estos ataques siempre matan a civiles y se consideran crímenes de guerra según el derecho internacional, ya que las leyes establecen que los civiles son “personas protegidas” en la guerra. La coalición de Estados Unidos y el Reino Unido mostró un desprecio similar por la vida humana cuando invadió Irak en 2003, matando a más de 6 mil 600 civiles en tres semanas. El índice de civiles asesinados por las fuerzas invasoras lideradas por Estados Unidos en los 21 días que transcurrieron desde el 20 de marzo hasta la “caída de Bagdad” el 9 de abril fue de 315 al día, según la ONG Iraq Body Count”, añade.
Irak y Afganistán, ejemplos de que la recuperación puede ser imposible
Para Hamourtziadou, la recuperación será muy difícil, porque la amenaza de Rusia siempre estará en la frontera, incluso después de que hayan cesado las hostilidades. “Esto hará que Ucrania sea insegura e inestable, así como la región en general. Es de esperar que los millones de refugiados que se han desbordado a los países vecinos regresen, pero a un país débil y vulnerable. Lo hemos visto en Irak y en Afganistán”, considera.
“Las invasiones desestabilizan a los países durante décadas, perturban la vida a todos los niveles, traen consigo pérdidas y más violencia, como insurgencias, terrorismo, actividad de las milicias e incluso guerra civil. Ucrania ya tenía una insurgencia prorrusa y grupos neonazis activos antes de ser invadida. Con los miles de armas que se han introducido en Ucrania, esos grupos se habrán fortalecido y serán más capaces de controlar, desestabilizar y matar”, añade Hamourtziadou
Las ciudades más afectadas son Mariupol, Kharkiv, Chernihiv y Kyiv. “Será muy difícil que esas y todas las demás zonas se recuperen, porque tener una gran potencia expansionista en la frontera significa que Ucrania siempre será insegura y estará bajo la amenaza de la guerra, la inestabilidad y la insurgencia, concluye.
3 PREGUNTAS CON
Yvonne Su, profesora adjunta del Departamento de Estudios de Equidad de la Universidad de York, en Toronto, Canadá. Es especialista en migraciones forzadas, migraciones queer, remesas de los migrantes, desplazamientos inducidos por el cambio climático, capital social y recuperación tras los desastres.
A un mes de la invasión rusa de Ucrania, ¿qué lecciones hemos aprendido como humanidad?
La insensata invasión de Ucrania por parte de Rusia y la incapacidad de la OTAN para intervenir por el riesgo de iniciar una guerra global ha dejado al mundo cuestionando nuestros valores y los sistemas globales que han hecho que la única opción parezca ser dejar que esta invasión siga su curso.
Las crisis levantan velos: nos dan la oportunidad de examinar la “excepción” para entender mejor “la regla” y lo que está ocurriendo en Ucrania ha desvelado la jerarquía global existente de que si no formas parte del grupo (la OTAN) aunque seas un país democrático soberano, no hay mucho que los países occidentales puedan hacer por ti.
El teórico político Steven Lukes argumentó que una crisis como la guerra puede ser transformadora o confirmatoria y creo que ahora mismo lo que estamos viendo es que ha sido transformadora para Ucrania y el pueblo ucraniano, pero en términos del orden mundial global, ha sido confirmatoria. Y es bastante triste, para ser sinceros.
En cuanto a los refugiados, también ha sido una época muy confusa. Por un lado, países vecinos como Polonia han acogido a millones de refugiados ucranianos y estamos viendo lo mejor de la humanidad, ya que los lugareños se ofrecen como voluntarios para acoger a las familias y hacen todo lo que pueden para ayudar. Estamos viendo muchos corazones cálidos y una cálida acogida. Pero el hecho de que la alfombra roja no se haya extendido así para otras oleadas de refugiados -incluso para otros refugiados de guerra como los sirios- ha molestado, con razón, a mucha gente, sobre todo porque todavía hay refugiados de Oriente Medio atrapados en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.
¿Cuáles considera que son los principales puntos a resolver para buscar la recuperación de la región?
Los más obvios son la reconstrucción de las infraestructuras y la puesta en marcha de la economía, pero los aspectos más difíciles y menos reconocidos de la recuperación son los psicológicos, sociales y culturales.
Debido a la historia de Europa con las guerras, están acostumbrados a reconstruir después del trabajo, pero superar el trauma de la guerra es mucho menos chocante que volver a levantar edificios, y el gobierno y la sociedad ucraniana tendrán que trabajar mucho para hacer visibles y normalizar los programas e iniciativas de salud mental, ya que la mayoría de la gente sufrirá en silencio.
¿Qué regiones de Ucrania han sido las más afectadas y podrán recuperarse algún día?
Mariupol es sin duda una de las más afectadas por Rusia. La estrategia que parece estar llevándose a cabo allí es simplemente la destrucción urbana completa o lo que algunos académicos denominan -Urbancidio- que se define como “violencia contra la ciudad”. Adam Tooze, profesor de historia de la Universidad de Colombia, describe cómo este estilo de guerra urbanicida, en el que toda la ciudad es arrasada y la gente muere bajo los escombros, se ha visto en Gaza, Beirut y Varsovia durante el Levantamiento de Varsovia.
Las imágenes que se pueden encontrar en Internet muestran una ciudad diezmada y estéril que ha sido bombardeada. Se calcula que murieron 300 personas en el bombardeo del teatro de Mariupol, pero en general las autoridades tienen problemas para contabilizar los muertos. Hemos visto recuperarse a ciudades que han sido completamente destruidas durante la Segunda Guerra Mundial, pero se trata de una empresa importante, tanto desde el punto de vista infraestructural como social y cultural.