MADRID, 5 abr. (EDIZIONES)-
Julie Gester, de 23 años, residente en Chicago (EE.UU.), acababa de terminar de pagar los impuestos de sus cinco trabajos cuando comentó lo mucho que necesitaba un abrazo. Fue entonces cuando Sparky, un gato atigrado de tres años, se abalanzó sobre su dueña de manera cariñosa para regalarle un abrazo.
Julie dijo que se sintió increíblemente querida en ese momento. «Creo que todos los animales son capaces de entendernos, pero Sparky y yo estamos especialmente en sintonía», afirmó. El gato, que adoptó hace ya dos años cuando se lo encontró en la calle en pésimas condiciones, es su fiel compañero.
La joven estadounidense afirma que adoptar a Sparky ha sido la mejor decisión de su vida. «Nunca mas me he sentido sola desde que tengo a mi gato, la conexión es única», explicó.