Policías y otros investigadores recorrían las calles silenciosas de poblaciones en ruinas en torno a la capital de Ucrania, documentando asesinatos generalizados de civiles desarmados y otros supuestos crímenes de guerra de fuerzas rusas que podrían provocar nuevas sanciones occidentales a partir del miércoles.
Mientras el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, redoblaba sus peticiones de que se juzgue por crímenes de guerra a soldados rusos y sus líderes, tanto él como otros advertían de que las fuerzas rusas se reagrupaban para una nueva ofensiva sobre el este y el sur del país.
Hasta ahora, las fuerzas ucranianas han contenido a las tropas rusas que intentan avanzar sobre el este de Ucrania, pero siguen superadas en número y en equipamiento, dijo Zelenskyy el martes por la noche en un mensaje a la nación.
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“Pero no tenemos opción, se está decidiendo el destino de nuestra tierra y de nuestra gente”, dijo. “Sabemos por qué luchamos. Y haremos todo lo que necesitemos para ganar”.
En los últimos días se ha alzado un clamor de indignación global por las macabras imágenes de lo que parecían asesinatos deliberados de civiles en Bucha y otras localidades antes de que las fuerzas rusas se retirasen de las afueras de Kiev. Las pruebas han hecho que países occidentales expulsen a decenas de diplomáticos rusos y propongan nuevas sanciones.
Se esperaba que Estados Unidos, en coordinación con la Unión Europea y el Grupo de los 7 grandes países industrializados, anunciara nuevas sanciones el miércoles como un veto a todas las nuevas inversiones en Rusia, según dijo un miembro destacado del gobierno que habló bajo condición de anonimato para comentar un plan que aún no se había anunciado.
La rama ejecutiva de la Unión Europea, por su parte, propuso vetar las importaciones de carbón ruso. Sería la primera sanción del bloque de 27 naciones al rentable sector energético ruso por la guerra. Las importaciones de carbón suponen unos cuatro mil millones de euros (cuatro mil 400 millones de dólares) al año.
Zelenskyy intervino el martes por videoconferencia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde habló sobre las supuestas ejecuciones. Muchos civiles han muerto por proyectiles y ataques aéreos rusos sobre ciudades y pueblos en las seis semanas desde que comenzó la guerra.
El mandatario dijo que en las localidades en torno a Kiev se había torturado a civiles, se les había disparado a la cabeza por la espalda, arrojado a pozos, atacado con granadas en sus apartamentos y aplastado hasta morir con tanques cuando estaban dentro de sus vehículos.
Zelenskyy dijo que quienes realizaron los asesinatos y los que dieron las órdenes “deben ser llevados ante la justicia de inmediato por crímenes de guerra”, ante una corte similar a la formada en Nuremberg tras la II Guerra Mundial.
El embajador de Moscú ante Naciones Unidas, Vassily Nebenzia, dijo que mientras Bucha estuvo bajo control ruso, “ni una sola persona ha sufrido de ninguna acción violenta”. El embajador reiteró lo que el Kremlin lleva días diciendo, que los videos de cuerpos en la calles son “una cruda falsificación” preparada por los ucranianos.