MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
Investigadores en cáncer de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve (Estados Unidos) han logrado suprimir el crecimiento de algunos tumores sólidos en modelos de investigación mediante la manipulación de unas células inmunitarias conocidas como macrófagos.
En su trabajo, publicado en la revista científica ‘Nature Immunology’, los investigadores explican que este descubrimiento es importante, ya que muchos cánceres de tumores sólidos, como el de pulmón, son difíciles de tratar.
Los científicos descubrieron que al alterar el metabolismo de los macrófagos -y al hacerlo influir en su relación con las células T- se suprimía el crecimiento del tumor. El resultado fue una reducción significativa del tamaño total del tumor en algunos modelos de ratón.
«La carrera por encontrar una cura para el cáncer nunca se detiene. Nuestra investigación crea una vía para una [potencial] nueva forma de tratamiento del cáncer para los enfermos de tumores sólidos», explica el líder del trabajo, Stanley Huang.
Por lo general, la respuesta inmunitaria del organismo a las enfermedades implica la movilización de glóbulos blancos que atacan a los invasores, como los gérmenes y las bacterias.
Los macrófagos son glóbulos blancos especializados que consumen las células invasoras para destruir los patógenos. Se consideran los «soldados de primera línea» del sistema inmunitario del organismo y pueden activar las células T, que son otro tipo de glóbulos blancos.
Sin embargo, a pesar de su función típicamente protectora, los macrófagos pueden ser cooptados por las células tumorales para favorecer su crecimiento.
DIRIGIRSE A LOS MACRÓFAGOS Y A LA PROTEÍNA PERK
Cuando los tumores crecen y los macrófagos interactúan con las células tumorales, crean una proteína de respuesta, que el estudio relaciona con el crecimiento del tumor.
El equipo creía que era posible dirigirse a los macrófagos y a esa proteína -conocida por los científicos por su abreviatura, PERK («proteína quinasa R» (PKR), similar a la quinasa del retículo endoplásmico) para bloquear el crecimiento del tumor.
«Anular la PERK suprime la señalización metabólica descendente en los macrófagos tumorales, lo que da lugar a más células T para luchar contra las células cancerosas», detalla Huang.
Los resultados del estudio sugieren que la proteína PERK interviene en varias vías clave del metabolismo de los macrófagos, y que cuando se elimina el gen, los macrófagos ya no pueden promover el crecimiento del tumor, lo que significa que los tumores se hacen más pequeños.
Los experimentos de seguimiento revelaron además que el tratamiento combinado de un fármaco inhibidor de la PERK con un inhibidor llamado «anti-PD-1» podía reducir significativamente el crecimiento del tumor. A continuación, los investigadores esperan identificar un fármaco clínico que actúe como inhibidor de la proteína PERK.
«Existen varias estrategias para mejorar la inmunidad antitumoral, como la focalización o la edición del metabolismo celular. Podemos dirigirnos a los genes y a sus vías para mejorar la función inmunitaria y trabajar para futuras opciones de tratamiento terapéutico», remacha Huang.