A causa de la pandemia por Covid-19, niñas y niños de México abandonaron la escuela por la imposición de iniciar clases de vía remota para evitar contagios.
Aunque se desconoce la cifra exacta, El INEGI estima que un aproximado de 3 millones de alumnos se quedaron sin estudios por no poder adaptarse al cambio que vivió el país.
La organización no gubernamental, Save the Children, ha urgido a la SEP para contar con un sistema que le permite rastrear a los niños ausentes en la matrícula actual y poder reincorporarse al mundo académico.
Cuestionamientos como dónde están, qué hacen, por qué no regresaron a la escuela; podrían resolverse teniendo un sistema adecuado con protección integral para rastrear a aquellos estudiantes que por circunstancias económicas, familiares o de salud, se vieron forzados a interrumpir sus estudios.
Para lograr suavizar el abandono escolar, serán necesarias políticas adecuadas como el fortalecimiento de programas sociales, becas adecuadas, escuelas con tiempo completo para que la niñez desprotegida tenga acceso a servicios de alimentación y espacios seguros para que los niños puedan tomar tiempos de descanso en entornos adecuados.
Es probable que aquellos que no regresaron al aula estén actualmente en condiciones de trabajo infantil; desde el trabajo en el hogar haciendo tareas de limpieza o cuidado de niños o mayores de edad, laborar en campos agrícolas, en las calles o en el comercio informal, así como ser víctimas de explotación sexual o reclutamiento por parte del crimen organizado.
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¿Qué retos enfrentan los niños de preescolar y primaria al regreso a clases presenciales?
Como principal punto de origen hay que tomar en cuenta que los dos años de clases ‘en línea’, los alumnos se desarrollaron en ambientes sin la socialización acostumbrada en un centro educativo, por lo que ellos se enfrentan a lo siguiente:
- Interrupción de su desarrollo personal y social (a causa del aislamiento)
- Dificultades para hacer conscientes sus responsabilidades
- Lograr reconocer sus capacidades, habilidades, destrezas, necesidades, gustos e intereses
- Tener en cuenta expectativas para desarrollar su identidad (personal y colectiva)
- Pérdida de espacios de convivencia para fortalecer el autoconocimiento y comprender el entorno
- Interacciones con empatía
- Resolución de conflictos de manera asertiva
- Falta del ‘sentido de pertenencia’
- Reconocimiento de la diversidad cultural
- Dificultad para adquirir nuevos conocimientos (por una base frágil de los aprendizajes a distancia)
- Necesidades de atención emocional (el confinamiento afectó también su salud mental)
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¿Qué pasa con los estudiantes que pasan de preescolar a primaria?
El reto para ellos es mayor, pues el tiempo en el que han estado en clases presenciales ha sido poco. La importancia de la etapa preescolar de los niños es fundamental para su desarrollo, ya que durante estos años se adquieren aprendizajes clave para su desarrollo personal y social que tendrán influencia a lo largo de la vida del alumno, por lo que la ausencia de clases presenciales ha generado:
Dificultad en la comunicación y la expresión a través del cuerpo, el espacio, el tiempo, los sonidos, las formas y el color (al no haber tenido suficientes actividades artísticas, se dificulta el desarrollo de la sensibilidad estética con las habilidades de pensamiento)
- Falta de desarrollo motriz y creativo (por la casi nula actividad física en esta etapa que ponen a prueba las capacidades, habilidades y destrezas motrices de las niñas y niños mediante el juego motor)
- Estilos de vida sedentarios (sin conocimiento y cuidado del cuerpo, ni la práctica de actividad física)
- Falta de desarrollo de habilidades, comportamientos, actitudes y rasgos de la personalidad que les permitan aprender a conocerse y comprenderse a sí mismos
- Falta de desarrollo de atención, tener sentido de autoeficacia y confianza en sus capacidades
- Falta de comprensión y regulación de sus emociones
- Falta de establecimiento de metas positivas, toma de decisiones responsables
- Falta de establecimiento y mantenimiento de relaciones interpersonales armónicas
- Falta de ‘sentido de comunidad’
