MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha reconocido que el Partido Conservador que lidera ha pasado una «noche difícil» tras la serie de derrotas registrada en las elecciones locales, si bien ha valorado de manera positiva los avances conseguidos por la formación en algunas circunscripciones.
Westminster, en Londres, ha caído por primera vez del lado laborista desde su creación en 1964, al término de una jornada que también ha dejado a los ‘tories’ sin el control de Wandsworth y de Barnet, otros dos bastiones. Los laboristas se han impuesto, además, en Southampton.
Con poco menos de la mitad de los recuentos de las elecciones locales para Inglaterra completados, los conservadores han perdido unos 122 escaños y están en camino de perder alrededor de 250 asientos en los consejos locales de Gobierno, según estimaciones de la cadena BBC. Los resultados completos, así como los de los consejos de Escocia y Gales y de la Asamblea de Irlanda del Norte, se anunciarán entre esta tarde y el sábado.
A pesar de estos resultados «variados» para el partido Conservador, según Johnson, la formación ha conseguido «avances destacables en lugares que no han votado por los conservadores desde hace mucho tiempo, algunos jamás». «El mensaje que extraigo de ello es que la gente quiere que nos pongamos manos a la obra con los asuntos que realmente importan», ha declarado el mandatario en comentarios recogidos por ‘The Guardian’.
Algunos líderes locales, sin embargo, se han mostrado especialmente duros con Johnson. El hasta ahora líder de Carlisle John Mallinson ha avisado de que hay «un problema de integridad», ya que cada vez son más quienes «no confían en que el primer ministro les vaya a decir la verdad» tras las polémicas fiestas en Downing Street.
También el líder saliente de Wandsworth, Ravi Govindia, ha asumido que «el asunto de Boris Johnson» le ha costado votos. «Inevitablemente, otros acontecimientos han enturbiado la valoración de la ciudadanía en Wansworth», ha lamentado, según BBC.
Inglaterra es sólo uno de los territorios donde el poder local se ponía en juego en Reino Unido, ya que también hubo elecciones el jueves en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, aunque en estos casos el recuento avanza más lento. En el caso norirlandés, los sondeos situaban al partido unionista Sinn Féin por primera vez como favorito.