El festejo por el Día de las Madres ya quedó atrás: las envolturas de regalos ya están en la basura, las flores empiezan a marchitarse, el recalentado de la comida ya se terminó, pero lo único que prevalece son las responsabilidades y preocupaciones de las madres.
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En México, para las mujeres con hijos una preocupación recurrente, un cuestionamiento común es si se es buena madre, en especial para las mujeres que trabajan, porque eso resta tiempo a la convivencia con los hijos y, por tanto, a la educación que se les imparte.
Pero, ¿por qué preocuparse por la reputación cuando uno es madre?
La especialista en reputación, Tatiana Adalid, comparte con Publimetro una serie de consejos al respecto, sobre todo porque esta preocupación por la reputación parece un tema alejado cuando las mujeres están ocupadas en la crianza, preocupadas por lo económico y dedicadas a la escolaridad.
“La realidad es que construir reputación es un activo que sirve para poder desenvolverse mejor en los entornos que cada uno ha decidido para su vida”, explica Adalid.
Pero ante las críticas y cuestionamientos que las propias madres se realizan, enfatiza que “no es correcto calificar de buena o mala reputación, más que en los parámetros más básicos que involucran el cumplimiento de leyes y valores que todos compartimos, pero sí es importante reconocer que una reputación puede ser mejor o peor en la medida de nuestros objetivos”.
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La especialista, quien se desempeña como socia directora de 27 Pivot, comparte los resultados de su experiencia profesional: “lo importante es cómo construimos reputaciones más valiosas en el entorno familiar y en la comunidad como madres y padres para que esto redunde en beneficios para los hijos o para la familia en general”.
Pero a todo esto, qué es la reputación hoy día
Adalid explica que la reputación es lo que los demás -quienes forman nuestro entorno y nuestro círculo- piensan y expresan de nosotros.
Debemos ser conscientes de los valores y que quienes están en nuestro entorno, de alguna manera, compartan dichos valores y consecuentemente se tendrán algunos fines en común.
Entonces ¿cómo una reputación alineada con lo que queremos para la familia, impacta la vida cotidiana de los menores?.
La especialista reconoce que las respuestas pueden ser variadas y dependerá del contexto.
No obstante, la reputación puede facilitar temas como participar en actividades escolares de los niños o invitar a los amigos a jugar, hasta otros más complejos, como los objetivos que los niños se formen para ellos mismos o para sus familias en el futuro, como su plan de vida.
Lo importante, resalta Adalid, es tomar consciencia de que las opiniones de los demás influyen en cómo nos desenvolvemos.
Para trabajar en esta reputación, acorde con lo que somos y lo que buscamos, la experta nos dice que hay cinco principios básicos de los que partir para lograr una reputación que contribuya a nuestros objetivos:
Tips para construir una reputación
- Definamos cuales son nuestros valores y nuestros fines. Por ejemplo, creemos en la equidad y la igualdad, consideramos como prioritario el cuidado ambiental o el apoyo a personas vulnerables, estamos enfocados a que los hijos cumplan con sus responsabilidades, eso debe estar en la base de nuestra reputación.
- Identifiquemos quienes son nuestros grupos cercanos, con quienes establecemos relaciones y con quienes quisiéramos establecerlas ¿coincidimos en valores? ¿podemos tener fines en común?
Pensemos que el grueso de nuestras acciones vaya en línea con los valores que hemos establecido o respetan los principios en los que creemos.
Compartamos con nuestra familia estas acciones y esta consciencia de la reputación familiar y la propia.
Demos muestra de que creemos en esos valores. Participemos en actividades con esos grupos y hagámoslo partícipes.