EUTM Malí cuenta con unos 900 efectivos europeos, con España como principal contingente con 500 militares
BRUSELAS, 13 (EUROPA PRESS)
La Unión Europea ya trabaja en la reducción de su contingente militar en Malí, después de que hace un mes suspendiera temporalmente las operaciones de adiestramiento militar de su misión EUTM Malí, han informado fuentes europeas.
Esta decisión se tomó después de una serie de desencuentros con la junta militar de Bamako, que no ofreció garantías de seguridad ni de que los militares entrenados no estarán a las órdenes de paramilitares rusos del Grupo Wagner, que opera en el país con el beneplácito de la junta militar.
La reducción de la presencia militar se concibe como la evolución lógica para ajustar el tamaño de la misión a las nuevas y limitadas tareas. Hasta ahora, EUTM Malí contaba con 900 efectivos europeos, con España como principal contingente con 500 militares.
La idea es que el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, informe este martes a los ministros de Defensa de los Veintisiete de los planes para reducir la misión y trabajar en una reorganización de la misma, con la opción sobre la mesa de operar desde países vecinos.
A este efecto, el jefe del Estado Mayor de la UE, el almirante Herve Blejean, trabaja en los planes de reducción de tropas, con la vista puesta en una conferencia de generación de fuerza más adelante en mayo y la revisión regional de la misión que defina el futuro de la misma.
La UE defendió que la decisión de suspender el entrenamiento de fuerzas malienses era «temporal y reversible» y que las actividades operativas se podrían reanudar si se dan las condiciones. La misión ya estuvo congelada en el verano de 2020 tras el golpe de Estado registrado en el país.
La llegada al poder de una junta militar responsable de dos golpes de Estado en menos de un año y la creciente influencia de Rusia, además de los planes de Bamako de posponer la ‘hoja de ruta’ para la transición democrática y los continuos rifirrafes con países europeos han obligado a tomar esta decisión.
Con el objetivo de reencauzar la situación, Borrell mandó el pasado mes de febrero una misión diplomática para evaluar la situación en el terreno que, sin embargo, constató que las cosas no marchaban «en la buena dirección».