LONDRES (AP) — Gran Bretaña se colocaba el lunes en un rumbo de colisión con la Unión Europea al persistir en su plan de derogar partes del acuerdo comercial alcanzado con el bloque después del Brexit.
La legislación que reescribe las normas comerciales para Irlanda del Norte llegaba el lunes a su primer debate en la Cámara de los Comunes, el primer paso de la que podría ser una accidentada tramitación parlamentaria.
Si los parlamentarios la aprueban, la legislación eliminaría controles sobre mercancías que entran en Irlanda del Norte desde el resto de Reino Unido, lo que incumple partes del acuerdo comercial que firmó el primer ministro, Boris Johnson, antes de que Gran Bretaña abandonara la UE en 2020.
El gobierno británico dijo que las normas ponen trabas a los negocios y socavan la paz en Irlanda del Norte. Londres alega que su decisión unilateral está justificada dentro del derecho internacional debido a la “situación genuinamente excepcional”.
El secretario de Irlanda del Norte, Brandon Lewis, dijo el domingo que el objetivo era “arreglar”, y no eliminar, el acuerdo comercial conocido como Protocolo de Irlanda del Norte.
Sin embargo, la oposición de Johnson afirma que la maniobra es ilegal y destrozará la reputación internacional de Gran Bretaña. También causa preocupación entre algunos miembros del Partido Conservador del primer ministro, que ya tienen dudas sobre el juicio -y la popularidad- de Johnson tras una serie de escándalos éticos y dos derrotas en elecciones especiales.
La UE ha amenazado con tomar represalias, planteando el fantasma de una guerra comercial entre los dos grandes socios económicos.
El embajador del bloque ante Gran Bretaña, Joao Vale de Almeida, dijo que el plan británico es “ilegal porque es una violación del derecho internacional, una violación del derecho de la UE, el derecho británico y el derecho internacional”.
“Es un tratado que firmamos, ratificamos e incluso por el que pasamos unas elecciones generales en este país”, dijo a la Times Radio.
Irlanda del Norte es la única parte de Reino Unido que comparte una frontera con un país de la UE, Irlanda. Cuando Gran Bretaña abandonó la Unión Europea y su zona de libre comercio sin fronteras, las dos partes acordaron mantener la frontera terrestre irlandesa libre de puestos de aduanas y otros controles, porque una frontera abierta es un pilar clave del proceso de paz que puso fin a décadas de violencia en Irlanda del Norte.
En lugar de eso, para proteger el mercado único europeo, hay controles sobre algunas mercancías, como carne y huevos, que entran en Irlanda del Norte desde el resto de Reino Unido.
El gobierno conservador de Johnson afirma que una aplicación con exceso de celo por parte de la UE hace que las normas no funcionen como se esperaba y provoca una crisis política en Irlanda del Norte.
Los unionistas británicos dicen que los controles erosionan los lazos entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido, algo que consideran una amenaza para su identidad británica. El principal partido de Irlanda del Norte está bloqueando la formación de un nuevo gobierno compartido en Belfast, y afirma que no se unirá hasta que se eliminen las normas comerciales del Brexit.
“Quiero ver el restablecimiento de la Asamblea y el Ejecutivo de Irlanda del Norte, y el protocolo se interpone con eso”, dijo Lewis a Sky News. “Tenemos que resolver eso. Eso es lo que hará esta legislación”.
“En definitiva, queremos hacer esto por acuerdo con la UE”, añadió. “Pero para hacer eso, tienen mostrar algo de flexibilidad y venir de verdad y negociar de una forma flexible”.