PARÍS (AP) — La presidencia de Francia se concentró el viernes en el calentamiento global, la guerra en Ucrania y el acuerdo nuclear con Irán, al dar detalles sobre la controversial cena del presidente Emmanuel Macron y el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman en París.
En un comunicado con tono de satisfacción general, el palacio del Elíseo evadió el tema del asesinato en 2018 del periodista y disidente saudí Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul. La inteligencia occidental ha determinado que el príncipe Mohammed fue cómplice en el asesinato.
La declaración francesa dijo que, en la cena, el presidente y el príncipe “saludaron el fortalecimiento de los intercambios entre el Reino de Arabia Saudí y Francia (y) expresaron el deseo de profundizar las relaciones entre los dos países y continuar sus consultas para enfrentar los retos regionales y globales, especialmente la lucha contra el calentamiento global”.
Poco se dijo sobre los vínculos de energía franceses o europeos con Arabia Saudí, en momentos en que las amenazas de Rusia de interrumpir sus suministros de gas a la Unión Europea tienen a los gobernantes del continente tratando de encontrar fuentes alternativas de combustibles. La prensa francesa indicó que ésa fue la razón por la que el príncipe fue invitado.
Macron, dijo su oficina, “resaltó la importancia de continuar la coordinación iniciada con Arabia Saudí con la intención de diversificar los suministros de energía de los estados europeos”.
Una frase breve al final de la declaración dijo simplemente que Macron también “habló del asunto de los derechos humanos en Arabia Saudí”, pero no dio detalles.
El enfoque de Macron contrastó con el del presidente estadounidense Joe Biden, que se reunió con el príncipe saudí este mes en Yeda y declaró —públicamente — que le dijo que lo consideraba responsable por el asesinato de Khashoggi.
La reunión con Macron marcó otro paso en la rehabilitación diplomática del príncipe saudí, menos de cuatro años después del asesinato de Khashoggi.
El príncipe heredero perdió partidarios en Occidente que previamente lo habían elogiado por sus reformas sociales en el país. Él mantiene que no tenía conocimiento previo de la operación en Estambul, pese a que fue realizada por personas directamente subordinadas a él.