La alegría es una de las emociones más importantes y ansiadas por la sociedad mundial, que surge a partir de la satisfacción por las actividades realizadas, el bienestar o la conformidad con la vida diaria en ámbitos como el trabajo, la escuela o la vida amorosa, por lo que se festeja desde hace una década el Día Mundial de la Alegría.
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El Día Mundial de la Alegría nació a partir de la idea del colombiano Alfonso Becerra, quien después de acudir a un congreso que se llevó a cabo en Chile, algunas organizaciones y la facilidad de internet para potenciar el festejo, permitieron que trascendiera hasta otros países, después del 2012.
De esta forma, México, Colombia, Chile, Venezuela, Argentina, Honduras, Bolivia, son los principales países que acogieron esta festividad, la cual ha ganado simpatía a lo largo de los años, pese a la subjetividad de la emoción, pero que contribuye de manera benéfica al bienestar de la población y la salud humana.
Según Becerra, su propuesta surgió a partir de un análisis, en el que aseguró que se le rendía tributo a la guerra u otro tipo de conflictos, sin darle relevancia a las emociones positivas como alegría.
De acuerdo con la coordinadora del Programa Institucional de Tutoría de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Patricia Bermúdez Lozano, este sentimiento tiene como característica principal la fugacidad, es decir, su duración puede ser breve, aunque depende de cada uno extenderla.
“Lo que permanece es ese estado emocional que generó un sentimiento de satisfacción, plenitud o bienestar, el cual puede durar mucho tiempo. Y si nosotros lo hacemos de manera consciente, mantenemos con mayor facilidad un estado de ánimo positivo que permanece a pesar de cualquier situación inicial que haya desaparecido o de nuevas situaciones negativas que enfrentamos con buen ánimo y actitud”, aseguró.
Las sonrisas, las risas, los bailes, los saltos, las corazonadas, las ganas de saltar, bailar, son algunas de las manifestaciones de la alegría, que incluso puede ser contagiosa o volver atractivas a las personas, según detalló la especialista.
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Asimismo, cuando existe alegría hay una mayor generación de endorfinas y neurotransmisores que se relacionan con las hormonas del placer; actúan para lograr un mayor nivel de acción y actividad.
“Todos tenemos que enfrentar situaciones difíciles en algún momento de la vida, pero depende mucho de cómo las afrontamos y resolvamos. Un ser alegre obtiene de las situaciones difíciles una enseñanza de vida, y de eso depende mucho el desarrollo emocional”, indicó.
