MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Las mayores concentraciones de dióxido de carbono (CO2) hacen que las plantas crezcan más rápidamente, lo que significa que almacenan más carbono. Este almacenamiento --especialmente en bosques enormes como el del Amazonas-- ayuda a limitar el aumento de los niveles de CO2, frenando el cambio climático.
Sin embargo, las plantas también necesitan nutrientes para crecer, y el nuevo estudio muestra que la disponibilidad de un nutriente concreto, el fósforo, podría limitar la capacidad del Amazonas para aumentar la productividad (tasa de crecimiento) a medida que aumenta el CO2.
Esto también podría hacer que la selva tropical fuera menos resistente al cambio climático, advierten los investigadores, participantes de un equipo internacional dirigido por el Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (INPA) de Brasil y la Universidad de Exeter (Reino Unido).
"Nuestros resultados ponen en duda la posibilidad de que se mantengan los elevados índices actuales de captación de carbono en la Amazonia", afirma la autora principal, Hellen Fernanda Viana Cunha, del INPA.
"Alrededor del 60% de la cuenca amazónica se encuentra en suelos antiguos con bajo contenido de fósforo, pero el papel del fósforo en el control de la productividad no estaba claro porque la mayoría de los experimentos de fertilización en otras partes del mundo se han realizado en sistemas más ricos en fósforo", explica.
"Nuestro experimento, el Experimento de Fertilización de la Amazonia (AFEX), examinó los efectos de la adición de fósforo, nitrógeno y cationes básicos (otros nutrientes potencialmente clave) en una zona de la selva tropical de crecimiento antiguo y bajo contenido en fósforo --prosigue--. Sólo el fósforo provocó un aumento de la productividad en los dos primeros años del experimento".
Viana Cunha destaca que "tener respuestas tan rápidas y fuertes al fósforo, tanto por encima como por debajo del suelo, es una indicación de que todo el sistema estaba funcionando bajo una severa limitación de fósforo".
El suelo de las regiones tropicales como el Amazonas se formó generalmente hace millones de años, y algunos nutrientes pueden perderse con el tiempo.
Mientras que nutrientes como el nitrógeno pueden ser absorbidos del aire por microorganismos asociados a ciertas plantas y suelos, el fósforo no está disponible como gas en la atmósfera, por lo que una vez que se agota hay pocas posibilidades de que los niveles aumenten.
En el nuevo experimento, dos años con fósforo adicional provocaron un aumento significativo del crecimiento de las raíces finas (29%) y de la productividad de la copa (19%), pero l crecimiento del tallo no aumentó. Cunha explica que puede deberse a que las raíces y las hojas requieren más fósforo que los tallos, y el crecimiento de éstos es un proceso más lento.
Los investigadores precisan que es necesario un seguimiento a largo plazo del experimento para determinar si se produce una respuesta de productividad de la madera del tallo.
Los resultados tienen importantes implicaciones no sólo para el almacenamiento de carbono, sino también para la resistencia del bosque al cambio climático.
"Para hacer frente y recuperarse de las crecientes amenazas, como las sequías, necesitamos que el bosque crezca mejor que antes --afirma el profesor Iain Hartley, del departamento de Geografía de la Universidad de Exeter--. La fertilización con CO2 podría aumentar la resistencia del bosque, pero nuestros hallazgos sugieren que la disponibilidad de fósforo limitará ese efecto y, por tanto, los riesgos causados por el cambio climático serán cada vez más importantes".
"En resumen, partes de la selva tropical que crecen en suelos de baja fertilidad pueden ser más vulnerables de lo que se reconoce actualmente", concluyen.