Lo llaman ‘El Jefe’, y es un jaguar de al menos 12 años que cruzó por una de las fronteras más vigiladas del mundo. Su avistamiento generó celebraciones en ambos países luego de que estos animales fueran prácticamente exterminados por ganaderos del oeste de Estados Unidos. Para finales del siglo pasado, los jaguares se daban por desaparecidos en esa zona fronteriza.
Pero ‘El Jefe’ es uno de los jaguares más longevos del que se tiene registro en el límite entre Estados Unidos y México. Es uno de los pocos que ha logrado cruzar con éxito la infraestructura fronteriza y también el que más distancia ha recorrido, según acreditan fotografías divulgadas este por una red de ocho colectivos agrupados en la iniciativa binacional Borderlands Linkages que trabaja para la conservación de esta especie.
Estos felinos, los más grandes de América, se identifican por las manchas de su piel que funcionan como una especie de huella dactilar única. En el pasado, el gobierno de Estados Unidos ofrecía recompensas por exterminar a estos animales con el fin de fomentar la ganadería. Actualmente su población se concentra en la costa del Pacífico mexicano y al sureste del país, además del Caribe centroamericano y todo el centro de América del Sur.
Blindaje de la frontera México-EU daña a los jaguares
Según explicó a The Associated Press Juan Carlos Bravo, responsable de los programas de conservación de Wildlands Network, los avistamientos de jaguares son “muy buenos indicadores” porque muestran que pese al creciente blindaje de la frontera sigue habiendo -o al menos hubo desde 2015 a la fecha- corredores abiertos que permitirán conservar la población de jaguares en el largo plazo.
Sin embargo, la expectativa no es buena. Aunque fue el gobierno de Donald Trump el que reforzó y amplió el muro en el límite con México, la actual administración de Joe Biden acaba anunciar el cierre de cuatro brechas entre Arizona y Sonora, precisamente los estados por donde se mueven los jaguares, para intentar frenar la inmigración irregular a través de esos puntos.
Los ecologistas advierten que para la recolonización de jaguares al suroeste estadounidense, el principal problema es la infraestructura fronteriza, que no sólo destruye y erosiona el hábitat del jaguar sino también el de otras especies como el antílope americano, el oso negro o el lobo mexicano y de numerosas aves, como denunciaron muchas organizaciones durante la administración de Trump.
Pero no sólo el muro fronterizo complica la vida de estos animales, también las torres luminosas los deslumbran y desorientan, y las carreteras que se han construido para el tránsito de la Patrulla Fronteriza. Irónicamente, indicó Bravo, cuando no están vigiladas esas carreteras pueden ser utilizadas por los traficantes de personas pero, en cambio, perjudican a los jaguares que tienen que recorrer distancias más largas para evadirlas.
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Jaguares ‘unen’ a ecologistas en ambos lados de la frontera
La primera fotografía de ‘El Jefe’ la tomó un cazador al sudeste de Tucson en 2011, en un momento en el que la población ya se estaba volviendo “orgullosamente pro jaguar”, explicó Juan Carlos Bravo. De hecho, fueron los niños de una escuela local los que le pusieron nombre y con las sucesivas fotografías se hizo famoso en Arizona.
Gracias a toda una infraestructura de cámaras con sensores de movimiento instaladas en zonas de paso de jaguares se lo volvió a captar en 2012 y 2015. Pero lo asombroso fue cuando el colectivo PROFAUNA confirmó que una foto tomada en noviembre de 2021, a 200 kilómetros de distancia de las anteriores en el centro del estado mexicano de Sonora, era del mismo ejemplar.
Eso implicaba que ya tenía 12 años o más y que aunque a algunos jaguares se les perdiera la pista durante muchos años podían seguir vivos. Así, la imagen de ‘El Jefe’ acaparó portadas de diarios locales en el estado que lo había apadrinado.
El avistamiento de los felinos propició la colaboración de ecologistas a ambos lados de la frontera con el fin de rastrear a los animales por medio de cámaras y crear santuarios. Con estas acciones buscan el apoyo de los propietarios de las tierras por donde pasan los jaguares. De acuerdo con Bravo, en Estados Unidos solo se han visto jaguares machos.
Crimen organizado, otra amenaza para los felinos
Pero además de la complejidad de estudiar el tránsito de los jaguares, en la parte mexicana hay un problema añadido: los cárteles formados por el crimen organizado.
“Hay presencia de grupos armados, narcotraficantes” que transitan por los mismos sitios de los jaguares, zonas aisladas y de sierra, explicó Bravo a AP. “Es importante moverse con cuidado, trabajar con la gente de las comunidades que nos dicen ‘allá no se vayan a meter’... todo eso lo va haciendo muy, muy complicado”.
Se desconoce cuántos jaguares habitan esa zona de la Sierra Madre Occidental, pero de los 176 individuos que han identificado a lo largo de dos décadas, sólo hay registro de otros dos que cruzaron la frontera México-EU, indicó Bravo. Y uno de ellos no se sabe si está vivo o muerto porque solo se localizó su piel.