MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
A principios de semana, Estonia había anunciado que dejaría de emitir visados para los ciudadanos rusos y que prohibiría la entrada a aquellos que ya disponían de una visa emitida por las autoridades estonias con fines turísticos, deportivos, culturales, o bien de negocios.
"Esto significa que si un ciudadano ruso llega la próxima semana a un paso fronterizo en Narva, Luhamaa o Koidula (...) ya no se le permitirá entrar en Estonia", recalca el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado en el que se detallan una serie de excepciones.
Así, aquellos ciudadanos rusos con una visa emitida por uno de los otros países del espacio Schengen --que aglutina la mayoría de los países de la Unión Europea y permite la libre circulación-- todavía podrán entrar en Estonia.
Aunque habrá restricciones, los ciudadanos rusos podrán todavía acceder a un visado si pretenden viajar a Estonia a visitar a un familiar cercano, siempre y cuando éste sea de Estonia o bien tenga un permiso de residencia de larga duración; si es personal diplomático, trabaja en el transporte internacional de mercancías, o bien puede ser elegible para obtener un permiso por cuestiones humanitarias.
Estonia, junto con Letonia y Finlandia, que también comparten fronteras con Rusia, han estado presionando en la Unión Europea para prohibir la emisión de nuevas visas a ciudadanos rusos, como represalia a la guerra de Ucrania, una medida que algunos países como Alemania o la propia Comisión Europea no apoyan.
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha defendido en varias ocasiones que esta guerra ha sido iniciada por el presidente ruso, Vladimir Putin, no así por el pueblo ruso, por lo que no sería justo hacerle pagar los desmanes del jefe del Kremlin.
República Checa, que también ha aprobado medidas similares, y aprovechando que ocupa la Presidencia de la Unión Europea, planea plantear la cuestión en el próximo encuentro que reunirá en Bruselas a los ministros de Asuntos Exteriores a finales de agosto.
Se estima que alrededor de 2.500 ciudadanos rusos cruzan la frontera con Estonia todos los días, casi la mitad de ellos con visados de turista, según cifras de las autoridades fronterizas de Estonia.