Dos personas fueron condenadas a muerte en Vietnam por operar una red de drogas desde un hospital psiquiátrico.
De acuerdo con la acusación, que retomó la revista Vice, Nguyen Xuan Quy convirtió su habitación en el hospital en un antro de rave, con luces estroboscópicas y platos de DJ.
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No sólo llevaba drogas, sino trabajadoras sexuales al hospital y organizaba fiestas en las que no sólo participaban pacientes, sino miembros del personal.
Junto con Nguyen Xuan, de 39 años, fue condenado a muerte Nguyen Van Ngoc, quien era cómplice del primero. Ambos se declararon culpables de traficar MDMA, ketamina y metanfetamina en el hospital.
La sentencia se dictaminó el 31 de agosto. Xuan Quy será ejecutado por delitos relacionados con la compra, venta, organización, consumo y posesión de drogas ilegales. Van Ngoc, por dos cargos de tráfico de drogas.
Xuan Quy ingresó al Hospital Psiquiátrico Central de Hanoi en 2018. Sin embargo, de acuerdo con Vice, el hombre logró congraciarse con el personal, que le dio vía libre para hacer lo que quisiera.
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Fue así como el paciente convirtió una sala de tratamiento en un miniclub de rave. Al hacer una inspección, la policía descubrió que la sala estaba insonorizada, para evitar que se propagara el sonido y la gente se diera cuenta de lo que ocurría adentro. También estaba adaptado para realizar fiestas con luces estroboscópicas, contaba con mesas de DJ y grandes altavoces.
Además de vender drogas en las fiestas, las vendía a los adictos que acudían al hospital a recuperación y estos, a su vez, las revendían a gente afuera. Algunos de los clientes de Xuan Quy se hacían pasar por cuidadores de pacientes para ingresar al hospital.
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La investigación determinó que Xuan Quy logró introducir drogas al hospital con el apoyo de Do Thi Luu, antigua jefa de departamento del hospital, a quien de acuerdo con la prensa local sobornaba con un pago mensual de 10 millones de dongs vietnamitas, unos 426.21 dólares u 8 mil 523 pesos mexicanos. La mujer fue condenada a tres años de prisión por abuso de poder.
El director del hospital, Vuong Van Tinh, fue relevado de su cargo tras el escándalo. Dos enfermeras y un técnico del hospital también fueron condenados y recibieron penas de prisión.
El paciente tenía un historial de enfermedades mentales, pero el tribunal determinó que estaba en su sano juicio y podía dar cuentas de sus actos.