LONDRES (AP) — Los reportes de que hasta 100 personas del equipo del rey Carlos III podrían perder sus empleos están generando críticas hacia la monarquía británica, días después de asumir el trono.
El diario The Guardian reportó el martes que decenas de empleados de la Casa Clarence, donde era la residencia oficial de Carlos, recibieron un aviso de despido. El informe señala que las noticias llegan en un enorme periodo de transición mientras Carlos y su esposa Camila, la reina consorte, se mudan al Palacio de Buckingham tras la muerte de la reina el 8 de septiembre.
El Sindicato de Servicios Públicos y Comerciales dijo que la decisión de anunciar la pérdida de empleos en un periodo de duelo es “nada menos que insensible”.
En un comunicado, la Casa Clarence dijo que tras la ascensión de Carlos al trono, las operaciones de él y su esposa Camila han “cesado” y “como requiere la ley, ha iniciado un proceso de consulta”.
“Nuestro personal ha brindado un servicio prolongado y leal y, aunque algunos despidos serán inevitables, estamos trabajando con urgencia para identificar roles alternativos para la mayor cantidad posible de personal”, agregó el comunicado.
The Guardian dijo que un miembro no identificado del personal de Carlos le dijo al periódico que “todos están absolutamente furiosos... la gente estaba visiblemente conmocionada”.
Las críticas se sumaron a la prensa negativa para el monarca de 73 años después de que dos videos que lo mostraban visiblemente irritado —uno donde se mancha los dedos con un bolígrafo y otro donde pide a señas que retiren un portalápices— se volvieron virales en las redes sociales en los últimos días.
En un video, se ve a Carlos perdiendo los estribos por un bolígrafo que gotea mientras firmaba un libro de visitas frente a las cámaras en Irlanda del Norte.
Se le escucha exclamar “¡Oh, Dios, odio esto!” y después murmurar “No puedo soportar esta maldita cosa... esto ocurre cada maldita vez".
En el otro video, se ve al nuevo monarca haciendo gestos de irritación hacia su personal para que retiraran de inmediato un portalápices mientras firmaba un documento durante su ceremonia de ascensión.
El rey ha estado bajo un intenso escrutinio de los medios y ha tenido una agenda agotadora desde la muerte de su madre en Escocia el jueves. Él y Camila volaron de Escocia a Londres para su ceremonia de ascensión y luego acudieron al Parlamento para dirigirse a los legisladores, antes de volar de regreso a Escocia, donde caminó detrás del ataúd de la reina.
Luego viajó a Irlanda del Norte el martes y regresó a Londres el miércoles para la procesión del ataúd de la reina desde el Palacio de Buckingham hasta el Salón de Westminster, en el Parlamento.