MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
"Creo que es un buen momento para sacar a la luz toda esa complejidad, un artista no tiene por qué ser necesariamente un santo", ha opinado López Cuenca, este jueves, en una entrevista con Europa Press.
Preguntado por la polémica sobre si Picasso debería recibir el homenaje que se le va a hacer este año con motivo del 50 aniversario de su muerte, teniendo en cuenta que, según los estudiosos del artista, maltrató a sus mujeres, López Cuenca no es partidario de cancelarlo sino de "echar luz" y entender toda la "complejidad" que puede haber detrás de una obra de arte.
En concreto, pone el ejemplo de los monumentos. "Si bien derribar un monumento es reescribir la historia de otro modo, soy más partidario de informar, de echar luz, de que entendamos que ese monumento puede ser una obra de arte de un gran escultor pero al mismo tiempo, política o éticamente, un crimen porque el homenajeado sea un traficante de esclavos, las dos cosas hay que tenerlas en cuenta, una cosa no va a eliminar la otra, podemos asumir las dos", ha propuesto López Cuenca.
En este sentido, considera que hay cambiar la visión "simplista" que se tiene de un arte solo vinculado a "la belleza y la bondad" y pone el ejemplo del gusto que tenían altos cargos nazis por el arte o la música.
Además, ha recordado que "toda obra de arte es, al mismo tiempo, un documento de su época, y el significado va evolucionando a lo largo del tiempo". "Ahora nos parece absolutamente inasumible el esclavismo; puede que dentro de unos años nos lo parezca el consumo de carne de otros animales", ha puntualizado, para subrayar que "el arte no tiene que aspirar a decir la última palabra".
Sobre el Premio, López Cuenca ha asegurado que ha recibido la noticia "con mucha sorpresa y alegría" y que va a aceptarlo porque sería "inimaginable" ni siquiera plantearse lo contrario pues, como "la mayoría de los artistas" no podría permitírselo económicamente.
"Ya me gustaría siquiera tener la posibilidad de planteármelo porque, para la gran mayoría de los trabajadores, no solo del arte, sino de la cultura, resulta inimaginable un gesto que es muy impactante, efectista y grandilocuente, pero que la mayoría no nos podemos permitir", ha puntualizado.
El problema, a su juicio, no es la profesión sino el "sistema piramidal" ya que en la cumbre hay "una estrella a la que prestan atención los medios masivos" mientras que el grueso de los artistas se ven obligados a buscar un trabajo paralelo --en la enseñanza, la hostelería-- para poder vivir.
"La percepción que se tiene es la del artista como un millonario caprichoso que vive en un castillo. Es una visión distorsionada", ha advertido.
Respecto al panorama de las artes plásticas, López Cuenca ha invitado a cambiar la percepción social, pasando del relato centrado en grandes figuras que van de hito en hito a "pensar la historia del arte como un proceso colectivo".
¿NO HABÍA GRANDES ARTISTAS MUJERES?
En este sentido de cambiar el relato, cree que ha ayudado el feminismo pues, según explica, no es que no hubiera grandes artistas mujeres sino que quedaron "opacadas por el genio" porque, debido a las obligaciones de cuidados, no podían dedicarse al arte en exclusiva, como sí podían hacerlo los hombres.
"Surge la pregunta: ¿Es que no había grandes artistas mujeres? Por esa exigencia de crear un personaje con una dedicación exclusiva; para la mayoría de las mujeres esa dedicación exclusiva estaba lastrada por la obligación de los cuidados y de la reproducción. Un caso paradigmático es la lectura que se está haciendo de Picasso y esas mujeres artistas en paralelo que quedan opacadas por ese gran genio", ha explicado.