SANTIAGO (AP) — La huelga de camioneros en Chile cumplió el jueves su cuarta jornada sin ceder en sus pretensiones y en la ocupación parcial de la principal carretera del país, por la que se moviliza la práctica totalidad de la carga nacional.
El desafío al gobierno del presidente Gabriel Boric del sector de los transportistas plantea mejores condiciones de seguridad en las carreteras y una rebaja en el precio de los combustibles, mientras crecen las alertas sobre un próximo desabastecimiento.
Representantes de los supermercados y de los grandes comercios advirtieron que el fin de semana empezará a notarse el desabastecimiento si el movimiento no cesa. Desde algunas gasolineras del norte del país, comenzaron a lanzar quejas por falta de combustible.
La labor de los conductores de carga es vital en Chile, un país de geografía angosta, porque moviliza en torno al 95% de las mercancías, como alimentos, materiales de construcción, maquinaria y similares, se moviliza a través de los 3.300 kilómetros de la Ruta 5 o Panamericana, que une el país de norte a sur.
El gremio aún a más de 40.000 camioneros, de los cuales 30.000 son pequeños y medianos. Los camioneros que se han sumado a la paralización son del norte del país, aunque también hay del centro y sur.
Boric advirtió ante la huelga que actuará “con toda la fuerza que la ley nos otorga” si se persiste en el bloqueo de la carretera. Se refirió al tema en México, donde realiza una visita oficial.
La advertencia del mandatario se suma a la presentación de más de una veintena de querellas contra camioneros en virtud de la Ley de Seguridad del Estado que establece condenas para estos casos que van desde los 61 días de cárcel y que pueden extenderse a 540 días.
La huelga se inició el lunes encabezada por pequeños camioneros del norte del país al que se han ido sumando transportistas del centro y sur. Exigen la fijación del valor del litro de diésel por seis meses, terminar con las alzas semanales de los combustibles y mayor seguridad en las carreteras en las que, afirman, han aumentado los robos y asaltos, y la instalación de “zonas de descanso” en la ruta.
El gobierno califica de “desproporcionada” la demanda y afirma que congelar valores del diésel por medio año costaría unos 2.500 millones de dólares.
El mismo día que inició la paralización, el gobierno ofreció a los dueños de camiones y a la confederación de transportistas de carga fijar el diésel por tres meses y, transcurrido el plazo, subir o bajar los precios por el equivalente a unos cuatro centavos de dólar cada dos semanas. Actualmente cuesta 1,2 dólares. La oferta es estudiada por ambos gremios.
De ser aceptada, la medida favorecería a todos quienes usan combustibles, aunque principalmente a los propios camioneros con beneficios tributarios que les permiten recuperar la mayoría de lo que pagan por impuesto especial a los combustibles.
Es el segundo paro de camioneros que enfrenta Boric. El anterior, en abril, lo desactivó al imponer un estado de emergencia que le permitió usar a los militares en la vigilancia de las rutas de dos regiones del sur afectada por la violencia.