El presidente Joe Biden visitará el martes el lugar en Arizona donde se construirá una fábrica de microprocesadores, a fin de enfatizar cómo sus políticas están fomentando el empleo, en lo que podría ser un desafío para la entrante mayoría republicana en la Cámara de Representantes.
Biden ha basado su legado en gran parte en inversiones en tecnología e infraestructura que han sido aprobadas por mayorías bipartidistas. Las inversiones de 52.000 millones de dólares para semiconductores y de 200.000 millones en investigaciones científicas, ha dicho el mandatario, crearán empleos fabriles e impulsarán económicamente a la clase media.
“En realidad, se trata de crear una estrategia económica que va más allá de los semiconductores”, dijo Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca. “Esto marca distancia con respecto a la filosofía económica que ha dominado gran parte de los últimos 40 años, en que se suponía que la prosperidad de unos pocos beneficiaría a los de más abajo”.
Sin embargo, hay indicios de que el bipartidismo en temas económicos podría no prosperar tras las elecciones legislativas de noviembre, en que los republicanos ganaron la mayoría en la cámara baja. Biden insiste en que las inversiones son muestra de lo que se puede lograr cuando los partidos cooperan, pero el republicano Kevin McCarthy, quien está en posición para ser el próximo líder de la cámara, dijo en julio que las inversiones no son más que “un cheque en blanco” y “subsidios corporativos”.
Biden visitará el futuro sitio de una fábrica de la Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., cuya construcción fue anunciada en 2020 durante la presidencia de Donald Trump. TSMC anunciará también el martes la construcción de una segunda fábrica en Arizona. Funcionarios del gobierno dicen que las dos fábricas —junto con otras de Intel, Micron, Wolfspeed y otros— podrían dar a Estados Unidos una ventaja en los campos militar y económico en momentos en que arrecia la competencia con China.