NUEVA DELHI (AP) — Gazi Jahidul Haque tenía problemas por disimular su nerviosismo antes de la semifinal del Mundial entre Argentina y Croacia en el estadio Lusail de Qatar.
Haque seguía el juego desde Daca, la capital de Bangladesh.
“Este Mundial no sólo es importante para Argentina, sino también para Messi”, dijo Haque, abogado de 35 años, antes del encuentro. Su voz apenas se oía entre las miles de personas reunidas a su espalda para ver el juego ante una pantalla gigante en la Universidad de Daca, en el centro de la capital.
Era medianoche en Daca, y para cuando sonó el silbato final y Argentina había ganado a Croacia 3-0, hacía tiempo que las preocupaciones de Haque estaban olvidadas. Argentina estaba en la final del Mundial, a una victoria de hacerse con el trofeo más importante del fútbol.
La victoria suponía que Haque podría ver a Messi, un jugador ampliamente considerado como uno de los mejores del mundo- una vez más en el Mundial. Comenzaron las celebraciones.
Los hinchas salieron a las calles en Daca con banderas argentinas y los colores de la albiceleste. Entre el sonido de las trompetas corearon el nombre de Messi y se abrazaban entre ellos. Algunos bailaban y cantaban. Un joven pasó en un bicitaxi con el cuerpo pintado de azul y blanco.
La victoria argentina también se celebró en la vecina India, donde normalmente es el cricket el deporte que despierta un fervor casi religioso.
En la ciudad de Calcuta, donde también hay niños que llevan el nombre de futbolistas de otras generaciones, los hinchas argentinos marcharon por las calles cantando canciones en apoyo del equipo de Messi. Es una ciudad donde hay murales del astro argentino en los muros y banderas de Argentina asoman de los balcones.
Argentina tiene una legión de superhinchas en Bangladesh e India desde los tiempos de Maradona, uno de los futbolistas más grandes de todos los tiempos y símbolo para aficionados de todo el mundo. Miles de personas han viajado desde esos dos países para ver jugar a Messi y su equipo en Qatar.
Ante el enorme apoyo en el país del sur de Asia, la Federación Argentina dirigió un mensaje a los bangladeshíes en medios sociales este mes.
“¡¡Gracias por el apoyo a nuestro equipo!! ¡Están re locos como nosotros!”, indicó la federación en un tuit con imágenes de hinchas bangladeshíes con los colores de argentina.
Los que no están en Qatar muestran su afición y siguen los juegos con devoción desde casa.
En poblados y ciudades costeras de Kerala, en el sur, donde se ven banderas de Argentina y Brasil en comercios, edificios y postes, la gente colocó enormes figuras de sus jugadores favoritos, en especial Messi y el brasileño Neymar. En los poblados se han aprovechado los espacios abiertos utilizados para mostrar los partidos y miles de personas han acudido a verlos en pantallas gigantes.
Argentina se enfrentará a Francia o Marruecos en la final del domingo. El fervor alcanzará su máxima expresión en India, y Aditya Shriram sueña con un final de cuento de hadas para Messi.
Shriram, un publicista digital de 33 años en Nueva Delhi, apoya a Argentina desde el Mundial de 1998. El domingo seguirá la final con un grupo de casi dos docenas de amigos con los que jugaba al fútbol de niño en la capital india.
Shriram dijo que el juego del domingo permitirá a Messi consolidar su legado, ya que los considerados como mejores futbolistas de la historia -Pelé y Maradona- ganaron el Mundial, un trofeo que el astro argentino no ha logrado aún.
“Lo completará”, dijo Shriram. “Si uno no gana el Mundial, no se le puede contar entre los absolutamente mejores de todos los tiempos”.
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El periodista de Associated Press AL-Emrun Garjon contribuyó desde Daca, Bangladesh.