Transparencia Internacional apuntó este martes a “un estancamiento de los esfuerzos anticorrupción a nivel mundial” y dijo que la incapacidad de los países a la hora de “abordar sus problemas de corrupción” está acentuando la “nueva ola de incertidumbre” internacional a causa de la pandemia de coronavirus, la crisis climática y el aumento de las amenazas de seguridad.
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En este listado, México se ha rezagado en la lucha contra la corrupción, al ocupar el lugar 126, a pesar de los esfuerzos del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) desde su llegada a la presidencia del país.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de este año revela que 124 países han mantenido unos niveles estancados respecto al año anterior, mientras que 31 han empeorado y sólo 24 han mejorado, al tiempo que ha subrayado que “la paz mundial se está deteriorando y la corrupción es causa y resultado de ello”. “La corrupción y el conflicto se alimentan y amenazan una paz duradera”, ha explicado.
Así, ha argumentado que “el conflicto crea un terreno fértil para la corrupción, con inestabilidad política, aumento de la presión sobre los recursos y una debilitación de los organismos de supervisión, lo que genera oportunidades para crímenes como el soborno y la malversación”, al tiempo que ha reseñado que “de forma poco sorprendente, la mayoría de los países en la parte baja del IPC experimentan o han experimentado hace poco un conflicto armado”.
La organización ha hecho hincapié en que “incluso en sociedades pacíficas, la corrupción y la impunidad pueden derivar en violencia al azuzar las tensiones sociales”, mientras que “desviar recursos necesarios para las agencias de seguridad deja a los estados incapaces de proteger al público y proteger el Estado de Derecho”. “Por ello, es más probable que países con mayores niveles de corrupción muestren niveles más altos de crimen organizado y más amenazas de seguridad”, agregó.
”En este contexto complejo, combatir la corrupción, promover la transparencia y fortalecer las instituciones es crucial para evitar más conflictos y mantener la paz”, manifestó Transparencia Internacional, que ha incidido en que más de dos tercios de los países (el 68 por ciento), han obtenido menos de 50 puntos, mientras que la media global sigue sin cambios en 43 sobre 100.
La lista está encabezada por Dinamarca, que sustituye en el puesto a Finlandia. Por detrás figuran Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Singapur, Suecia, Suiza, Países Bajos e Irlanda, de los que todos bajan puestos, a excepción de este último. España cae un puesto, hasta el 60. En el lado opuesto, la lista la cierra Somalia. Por encima figuran Siria, Sudán del Sur, Venezuela, Yemen, Libia, Corea del Norte, Haití, Guinea Ecuatorial y Burundi. En estos casos, Somalia, Haití y Burundi han empeorado respecto al año anterior, mientras que Sudán del Sur y Corea del Norte han mejorado.
Transparencia Internacional ha apuntado que “los acontecimientos en 2022 han mostrado de nuevo que los países en los que se perciben bajos niveles de corrupción en el sector público son muy vulnerables a la influencia indebida de intereses privados, tanto nacionales como internacionales” y ha puesto como ejemplo la caída de países como Australia, Austria, Canadá, Luxemburgo y Reino Unido.
Inacción contra corrupción trae consecuencias catastróficas
De esta forma, indicó que la invasión rusa de Ucrania demostró que “la inacción ante la corrupción transnacional puede tener consecuencias catastróficas”. “No sólo economías avanzadas han ayudado a perpetuar la corrupción en otros lugares, sino que han permitido la consolidación de cleptocracias que amenazan la paz y la seguridad global”, ha manifestado.
“El barullo que siguió para aplicar sanciones desatadas contra cleptócratas rusos es un perfecto estudio de caso de los problemas en la parte superior del IPC”, dijo.