A pesar de que uno de los “objetivos superiores” de la actual administración es combatir la corrupción, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un marcado divorcio con la lucha anticorrupción, el cual pone en riesgo los avances logrados en los últimos años, indicaron especialistas a Publimetro.
“El Sistema Nacional Anticorrupción coordina a actores sociales y a autoridades de los distintos órdenes de gobierno, a fin de prevenir, investigar y sancionar la corrupción”, indica el sitio web del organismo, no actualizado desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, pues aún mantiene la imagen institucional de ese sexenio.
En 2015, la promulgación de la reforma constitucional que creó el Sistema Nacional Anticorrupción se presentó como “un avance histórico para el país en la lucha contra la corrupción”. Sin embargo, el presidente López Obrador considera que fue “una pantalla” para simular el combate a la misma.
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“Nosotros sostenemos que el principal problema de México fue durante muchos años, siglos, la corrupción, y la Cuarta Transformación tiene como objetivo superior acabar con la corrupción”, comentó López Obrador el pasado 25 de enero. “Le quiero decir con toda franqueza que ese sistema se creó en plena corrupción, para simular que se iba a combatir la corrupción. ¿Sirvió para eso? No, no ha servido, y nos cuesta mil millones de pesos al año”, añadió.
4 PREGUNTAS CON
Ángeles Estrada, directora de la Iniciativa de Transparencia y Anticorrupción del Tec de Monterrey
Cada vez es más visible el divorcio de AMLO con instancias como el Sistema Nacional Anticorrupción y el INAI. ¿Por qué ocurre esta situación?
- Yo diría, más bien, que este divorcio es entre el presidente y la anticorrupción. Es decir, todo lo relacionado con la anticorrupción y claro, se ve reflejado en varias dependencias.
Llevamos cuatro años y estamos entrando al quinto en donde el jefe del Ejecutivo no entiende qué es corrupción. No entiende el concepto ni la trascendencia o los efectos. Se confunde señalando que corrupción es ser rico, o ser neoliberal y ser conservador, cosas que absolutamente nada tienen que ver con ser corruptos.
Ser corrupto o cometer un acto de corrupción se define como el abuso de una persona en un cargo público para beneficio personal, o para beneficio de un grupo específico.
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Si analizamos cuáles han sido los hechos que se pueden calificar como corrupción en el sexenio de Andrés Manuel, vamos a encontrar un montón, desde cuestiones relacionadas con favoritismos, nepotismos, desvío de recursos, fraudes, sobornos, extorsiones, hasta cohecho. En fin, una serie de cosas que se han repetido recurrentemente en la administración y que Andrés Manuel no le llama “corrupción”, si no que le llama “dádivas para la causa” que es su partido. Esto es lo que ha logrado: desvirtuar más el concepto de corrupción.
¿Cómo llegamos a esta situación? Sobre todo cuando el presidente dice que el objetivo superior de esta administración es combatir la corrupción.
El objetivo superior es combatir la corrupción, bajo el concepto que él tiene de corrupción. Si lo entendemos como él lo entiende, eso no es corrupción.
AMLO se ha dedicado a acciones como quitar recursos a la Administración Pública, a demeritar el trabajo del servidor público, a denigrarlo, a no pagar lo que vale el servicio técnico y profesional de un servidor público argumentando que si ganas mucho eres un corrupto.
Justamente, relacionado con el incentivo, hay varios estudios que señalan que el servidor público tiende a corromperse cuando gana menos de lo que tendría que ganar. Entonces, AMLO justamente está haciendo todo lo contrario y todo lo que no se debería hacer.
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Adicionalmente a eso, a Andrés Manuel le molesta mucho que los ciudadanos veamos que en su administración no se ha terminado la corrupción, y que ha aumentado. No le gusta nada cuando se le cuestiona al respecto, a través de Transparencia y del INAI.
Odia tener que dar explicaciones a nadie, incluidos los ciudadanos, entonces creo que es una de las grandes razones por las que tiene esta animadversión en contra del Instituto Nacional de Acceso a la Información, de entrada, porque no entiende qué hace el INAI.
Si revisamos un poco respecto de lo que él ha dicho al respecto, él cree que toda la información del gobierno la tiene el INAI y así no es. El INAI, lo que hace, es garantizar el derecho de acceso a la información, pero la información la tienen los órganos que son sujetos obligados, en sus archivos.
Andrés Manuel no entiende al INAI y le amenaza en su forma de hacer política, que es una forma muy tramposa y muy opaca. Si juntamos todo esto, tenemos una bomba que está a punto de explotar, desde hace muchos meses.
¿En qué se traducen las acciones de AMLO contra las instituciones anticorrupción?
Se traducen muchas veces en ineficiencia de las dependencias. El Sistema Nacional Anticorrupción es muy complejo, eso no lo vamos a negar. Nos quedan muchas dudas a quienes hemos tenido la oportunidad de estudiarlo y de analizarlo, no solamente de su conformación, sino también de los procesos y la forma en la que se comunican las autoridades que conforman el Comité Coordinador.
Empecemos por el hecho -y por la realidad- de decir que el Sistema Nacional Anticorrupción es un monstruo enorme. Son al menos seis autoridades a nivel federal, multiplicadas por cada entidad federativa. A eso se le suman los comités de Participación Ciudadana y más. Es un sistema nacional enorme y eso lo hace lento.
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Un problema es que las propias autoridades no saben bien cómo opera y a quién le tienen que responder. Tienen que coadyuvar entre autoridades para que cumplan su sencillo objetivo: combatir y prevenir la corrupción.
Pero el Sistema Nacional está logrando disminuir la incidencia de corrupción. Sí, algo está mal con el sistema, nosotros en la iniciativa de Anticorrupción del Tec de Monterrey, analizamos diez sistemas estatales y nos dimos cuenta que los vasos comunicantes entre las autoridades no están claros, y los procesos no están bien definidos, pero eso es distinto a decir que el sistema no sirve o que sea una simulación.
AMLO no se da cuenta de cómo funciona porque él cree que el sistema es un ente aparte de sus dependencias y no es así. Se da un tiro en el pie cuando dice que para lo único que ha funcionado es para incentivar la corrupción, ya que en el sistema están sus autoridades.
Y va a pasar lo que ha estado amenazando desde hace meses, o años: que va a desaparecer al Sistema o al INAI y eso es gravísimo, porque básicamente el Instituto de Acceso a la Información -puede que no nos guste cómo está haciendo su trabajo- pero funciona.
¿Qué nos espera en el tema de la lucha anticorrupción?
Nos espera mucho trabajo. Nos espera volver a reconstruir el concepto de corrupción que AMLO ha desecho y que ha pisoteado.
Lo que ha logrado es que ahora cualquier cosa, todo, sea corrupción, y no es así. Nos tendría que esperar darle un espacio de revisión al Sistema Nacional Anticorrupción tal y como está funcionando, porque está haciendo ineficiente. Hay que ser muy claros con esto. Efectivamente, el sistema no está funcionando como esperábamos que funcionara, pero ¿Quitarlo es mejor que dejarlo? No. Estamos mucho mejor ahora que cuando no lo teníamos.