MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
La organización ha detallado que, entre el 11 de enero y el 3 de marzo, cerca de 4.675 migrantes llegaron a pie a Assamaka, situada en la región de Agadez, tras ser deportados por Argelia y quedar varados en el desierto. Sin embargo, menos del 15 por ciento de estas personas han logrado acceder a un refugio o protección a su llegada a la ciudad.
Así, ha explicado que el Centro de Salud Integrado de Assamaka, apoyado por MSF, se encuentra "desbordado". "La situación es preocupante", ha dicho la coordinadora de MSF en Agadez, Schemssa Kimana. "El centro de tránsito está lleno y eso ha provocado que la mayoría de las personas que han llegado recientemente a Assamaka se hayan instalado allí", ha agregado.
Kimana ha relatado que hay gente durmiendo en todas las áreas de las instalaciones, mientras que algunos han instalado refugios improvisados en la entrada o en el patio mientras que otros acampan frente a la maternidad, en la azotea del edificio o en la zona de residuos. Según el personal de MSF, no existen precedentes de una situación tan complicada en Assamaka.
"La situación se ha convertido en una emergencia ante la que hay que tomar medidas de forma inmediata. Es insostenible que nadie siga viviendo en estas condiciones", afirma. Las temperaturas en esta localidad pueden alcanzar los 48 grados centígrados, por lo que la gente busca refugio del calor donde sea, lo que ha provocado que algunas duerman en zonas poco higiénicas como los basureros.
En este sentido, el coordinador general de MSF en Níger, Jamal Mrrouch, ha hecho hincapié en que "se trata de una situación sin precedentes que requiere una respuesta humanitaria urgente por parte de la CEDEAO y de sus estados miembro, de donde procede la mayoría de estas personas". "Como organización médico-humanitaria, es nuestro deber poner de relieve la flagrante falta de asistencia a los hombres, mujeres, niños y niñas migrantes que han sido abandonados a su suerte, en condiciones terriblemente precarias, en el desierto de Assamaka. Los riesgos que esta situación entraña para su salud y su seguridad son evidentes", ha advertido.
Un migrante camerunés que se encuentra en la ciudad ha trasladado a los equipos de MSF su "preocupación" por el hecho de que "nadie da una respuesta" sobre cuándo volverán a sus países de origen. "No sabemos cuándo saldremos de Assamaka. Es como estar en una cárcel al aire libre. Lo poco que recibimos para comer está muy mal preparado y tiene más arena que alimentos", ha relatado.
"Nos sienta mal y nos provoca diarrea y dolores de estómago. Las raciones son ridículas. Vivimos en los cobertizos del centro de salud, que se construyeron para los pacientes durante el COVID. Durante la noche, la policía patrulla el pueblo para atrapar a quien esté desperdigado por allí y enviarle de vuelta al centro de salud", ha apuntado este migrante.
MSF ha resaltado que trabaja desde 2017 en la región de Agadez, donde sus equipos distribuyen artículos de primera necesidad y prestan apoyo al Centro de Salud Integrado para que pueda ofrecer consultas gratuitas de atención primaria y haga derivación de casos críticos a la ciudad de Agadez, que está a varios cientos de kilómetros de Assamaka. Asimismo, ofrece apoyo logístico al centro.