Google anunció el martes que permitirá que más personas interactúen con Bard, el chatbot de inteligencia artificial que la empresa desarrolla en respuesta al lanzamiento de Microsoft en un campo de batalla fundamental en tecnología.
En la próxima fase de Bard, Google abrirá una lista de espera para usar una herramienta de inteligencia artificial similar a la tecnología ChatGPT que Microsoft comenzó a desplegar el mes pasado con gran algarabía en su motor de búsqueda Bing. Y la semana pasada, Microsoft integró más tecnología con inteligencia artificial en sus programas de procesamiento de textos, hojas de cálculo y presentaciones de diapositivas con una nueva funcionalidad llamada Copilot.
Hasta ahora, Bard sólo estaba disponible para un pequeño grupo de “probadores de confianza” seleccionados por Google. La empresa, con sede en Mountain View, California, propiedad de Alphabet Inc., no informó cuántas personas tendrán acceso a Bard en su siguiente fase de desarrollo. Los primeros solicitantes estarán limitados a Estados Unidos y el Reino Unido antes de que Google lance Bard en más países.
Google avanza con cuidado en el lanzamiento de sus herramientas de inteligencia artificial, en parte porque tiene más que perder si la tecnología proporciona información no precisa o lleva a sus usuarios por pasillos oscuros. Eso debido a que el motor de búsqueda dominante de Google se ha convertido en la puerta de acceso al internet para miles de millones de personas, lo que aumenta el riesgo de un fuerte culatazo que pueda afectar su imagen y socavar su negocio basado en publicidad si la tecnología no funciona adecuadamente.
Pese a los obstáculos tecnológicos, Bard sigue ofreciendo “beneficios increíbles” como “impulsar la productividad, creatividad y curiosidad humanas”, escribieron dos vicepresidentes, Sissie Hsiao y Eli Collins, con asistencia de Bard, según una publicación de blog de Google.
Como medida de precaución, Google limita la cantidad de interacción que pueda ocurrir entre Bard y sus usuarios, una táctica que Microsoft impuso con ChatGPT después de que la cobertura mediática detallara instancias en las que la tecnología comparó a un reportero de The Associated Press con Hitler e intentó persuadir a un periodista del New York Times a divorciarse de su esposa.