LONDRES (AP) — La policía de Londres perdió la confianza del público debido a su arraigado racismo, misoginia y homofobia, según una revisión independiente que fue encargada luego de que una joven fuera violada y asesinada por un agente policial.
El Servicio de la Policía Metropolitana, que tiene más de 34.000 elementos y es la fuerza policial más grande de Gran Bretaña, debe cambiar o corre el riesgo de ser desintegrado, indica el informe publicado el martes.
“No es nuestro deber como el público mantenernos a salvo de la policía. Es el trabajo de la policía mantener a salvo al público”, dijo Louise Casey, una experta en derechos de víctimas y bienestar social que dirigió la revisión. “Demasiados londinenses ahora han perdido fe en que la vigilancia policial haga eso”.
Los hallazgos incrementaron gradualmente la presión para una gran reforma de la Policía Metropolitana luego de una serie de escándalos que involucraron la forma en que trata a las mujeres y minorías. En un informe preliminar publicado en octubre, Casey halló que el departamento no revisó adecuadamente los antecedentes de policías ni los capacitó debidamente, y que permitió que estos permanecieran en sus puestos incluso después de ser acusados de violencia doméstica o acoso racial.
Parte del problema es que hay una cultura de negación en el departamento, en la que los dirigentes adoptan una actitud de “sabemos más” que los lleva a rechazar las críticas externas, según la revisión. También contribuyeron a la situación los recortes de fondos, además de la decisión de cerrar estaciones de policía locales, dando fin así a la vigilancia comunitaria.
Bajo todo esto está la forma en que se gestiona la fuerza, no su tamaño, según la investigación.
La policía metropolitana "opera como una serie de partes en movimiento inconexas y en competencia, y carece de sistemas, objetivos y estrategias claras”, señala el informe. “Opera con una serie de iniciativas descoordinadas y de corto plazo, con mucha actividad pero poca acción”.
La revisión de Casey fue comisionada después de que un agente violara y matara a Sarah Everard, una joven ejecutiva de marketing, mientras caminaba de casa de una amiga a la suya en marzo de 2021, lo que provocó una protesta nacional.
Cuando cientos de personas se reunieron en Clapham Common en el sur de Londres para atraer la atención a la violencia a la que se enfrentan las mujeres todos los días, la policía dispersó la reunión diciendo que infringía las normas de confinamiento del COVID-19. En videos publicados en redes sociales se ve a policías hombres tomando a varias mujeres y llevándoselas esposadas ante los gritos de los espectadores.
Pero el caso de Everard fue sólo uno en una serie de escándalos recientes en la Policía Metropolitana, conocida como la Met.
En diciembre de 2021, dos agentes fueron encarcelados por tomar y compartir fotos de los cadáveres de dos mujeres de raza negra después de ser enviados para vigilar el lugar en donde las mujeres habían sido asesinadas. Más adelante, otro agente fue sentenciado a cadena perpetua luego de declararse culpable de 48 violaciones sexuales y otros delitos cometidos a lo largo de 17 años.
La Met también fue acusada de homofobia por no detener a Stephen Port, quien asesinó a hombres gays jóvenes durante 15 meses en 2014 y 2015