BOGOTÁ (AP) — La reforma política, una de las banderas del presidente colombiano Gustavo Petro, se hundió en el Congreso cuando le restaba poco para culminar su trámite y se convirtió en su primera derrota parlamentaria, justo cuando el gobierno impulsa un ambicioso paquete de reformas sociales y busca cohesionar sus mayorías.
“Estoy triste, veníamos ganando el partido por goleada en el primer tiempo”, aseguró el viernes el presidente del Senado, el oficialista Roy Barreras, comparando el trámite legislativo con un partido de fútbol. “El semestre pasado aprobamos todas las reformas y ahora iniciando el segundo tiempo nos hicimos un autogol con la reforma política”, dijo en un mensaje difundido a la prensa.
Se trataba de una reforma constitucional al sistema de partidos que tenía como pilares inscribir candidatos a cargos de elección popular mediante listas cerradas y con alternancia de hombres y mujeres, buscando mayor paridad; prohibir que privados financiaran campañas políticas y, en cambio, ese rol lo asumiera sólo el Estado; no permitir que los congresistas puedan ser electos para más de dos periodos consecutivos y reducir la edad mínima para llegar al Congreso.
La debacle de la reforma política se evidenció no solo ante las críticas de la oposición, sino cuando la bancada del movimiento político de Petro, el Pacto Histórico, pidió que la reforma fuera archivada al considerar que perdió sus puntos más importantes. El jueves el gobierno optó por pedir su retiro.
“Creo que en la reforma política no queda ningún tema progresista... No aporta a un avance en la calidad de la política”, escribió Petro en Twitter en referencia a que ya no contenía las listas cerradas y paritarias ni permitía que la financiación estatal fuese total.
Para Carlos Arias Orejuela, analista político y docente de la Universidad Externado, el retiro de la reforma política es una derrota para el gobierno que muestra quiebres en las mayorías y puede tener un impacto reputacional en el Pacto Histórico en el marco de las elecciones locales de octubre en las que se elegirán alcaldes y gobernadores.
“Evidencia que ya hay un resquebrajamiento de acuerdos entre el Ejecutivo y el Legislativo y que el congreso se despierta y no es simplemente un validador de las reformas, sino que tiene un ejercicio de discusión interna”, afirmó Arias Orejuela a The Associated Press.
Petro, el primer presidente de tendencia izquierdista en la historia de Colombia, arrancó su mandato en agosto del año pasado con las mayorías parlamentarias que incluían tanto al ala progresista como a partidos tradicionales. Así logró aprobar una reforma fiscal que impuso más carga tributaria, especialmente a los más adinerados y al sector de hidrocarburos.
Ahora, tiene el reto de volver a cohesionar las mayorías cuando van a iniciar las discusiones de reformas sociales que buscan modificar el sistema de salud, de pensiones y el laboral, tres de sus promesas de campaña.