Ucrania reclamó su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la misma jornada donde la Alianza Atlántica aceptó a Finlandia como el 31º aliado. El país comandado por Volodimir Zelenski aseguró que sería una “solución estratégica” para la seguridad en la zona euroatlántica.
“La OTAN y Ucrania se necesitan el uno al otro. No hay mejor solución estratégica que garantizar la seguridad en la zona euroatlántica que el ingreso de Ucrania en la alianza”, señaló el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, en declaraciones previas a la reunión de ministros aliados en Bruselas.
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Según Kuleba, la entrada de Finlandia en la OTAN es un “claro mensaje” de la necesidad de revisar las percepciones en materia de seguridad, en referencia a la neutralidad histórica de Helsinki, y reiteró que “no hay mejor manera que garantizar la seguridad euroatlántica que con el ingreso de Ucrania”.
Por su lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, recibió a Kuleba a su llegada a los cuarteles generales aliados y alabó la determinación y coraje de las tropas ucranianas en el campo de batalla, ante una guerra que tiende a alargarse.
La comisión conjunta entre la OTAN y Ucrania tendrán un encuentro más explícito entre la Alianza y Kiev desde el inicio de la guerra de agresión rusa. Kuleba aseguró que el formato no es solo simbólico sino “políticamente importante” y adelantó que pedirá a los ministros de Exteriores aliados que aceleren la entrega del material prometido a Ucrania.
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Kiev solicitó el pasado septiembre su ingreso en la organización militar, pero la OTAN no ha discutido en su seno la tramitación de esta adhesión y se ha limitado a señalar que ahora la prioridad es hacer frente a la invasión rusa.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, considera que ya “de facto” Ucrania forma parte de una Alianza y demostró que es plenamente compatible con los estándares que establece la OTAN para su ampliación, después de meses de colaboración mutua.
