El gobierno de Israel afirmó que se defenderá de los ataques de grupos terroristas como Hamás, que buscan perturbar la paz. Estas declaraciones fueron lanzadas hace seis meses cuando se celebraban días importantes en varias religiosas del mundo como la Semana Santa para los cristianos; Pésaj para los judíos y el mes sagrado del Ramadán, para los musulmanes.
“Mientras Israel está haciendo todo lo posible para garantizar que musulmanes, judíos y cristianos puedan celebrar Ramadán, Pésaj y Semana Santa en paz, Hamas y sus seguidores palestinos extremistas están atacando a civiles inocentes con violencia y cohetes”, expresó el gobierno del país, después de que se han registrado enfrentamientos en Jerusalén, específicamente en el Monte del Templo, contiguo al Muro de los Lamentos y a la Iglesia del Santo Sepulcro.
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La policía de Israel ha disparado gases lacrimógenos y balas de goma contra los palestinos que acumulan piedras y petardos en uno de los lugares sagrados más disputados del planeta. La violencia se ha extendido por Israel y Cisjordania, e insurgentes de lugares tan lejanos como Gaza y de Líbano respondieron con proyectiles.
Ante estos atentados, Israel respondió con inusuales ataque aéreos en Líbano y siguió bombardeando la Franja de Gaza, en una escalada que suscitó temores de un conflicto más amplio.
Aunque las fronteras norte y sur de Israel habían recuperado la calma, la ofensiva israelí contra Líbano amenazó con llevar la confrontación a una nueva fase.
El ejército israelí dijo que estaba buscando a los responsables del tiroteo en Cisjordania (ocurrido en mayo) y estableció controles en carreteras. Ningún grupo insurgente se atribuyó la autoría de inmediato. Pero el vocero de Hamas, Hazem Qassem, celebró el ataque “en represalia por los crímenes cometidos por Israel en la mezquita de Al-Aqsa y en Cisjordania”.
De acuerdo con la información de aquel país, al menos 100 israelíes han sido asesinados y están muy cerca de llegar a las mil personas heridas.
