El gobernador de Florida, Ron DeSantis, promulgó este miércoles una ley con la que busca impedir que los migrantes en situación irregular lleguen a su estado, ya que contempla, entre otros puntos, penas de hasta 15 años de cárcel a quien los transporte a Florida, así como multas a empleadores que los contraten.
La medida, considerada como la más severa en Estados Unidos, por los grupos de defensa de los derechos de los migrantes, fue aprobada la semana pasada por el Congreso de Florida, de mayoría republicana.
La ley impone hasta 15 años de prisión a quien transporte a Florida a migrantes sin documentos, así como multas y revocación de licencias a las empresas que no aseguren la legalidad migratoria de todos sus trabajadores.
Establece, además, la obligatoriedad de los hospitales y centros médicos del estado de recoger información sobre el estatus migratorio de sus pacientes.
También impide que los abogados amparados por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés), conocidos como “soñadores” (dreamers), puedan ejercer a partir de noviembre del año 2028.
La norma también amplía los requisitos para que los negocios que cuenten con más de 25 empleados utilicen E-Verify, un sistema federal que determina si los empleados pueden trabajar de manera legal en Estados Unidos.
Además, prohíbe que los gobiernos locales brinden dinero a las organizaciones que emitan documentos de identidad a las personas que se encuentran de manera ilegal en el país e invalida las licencias de conducir emitidas en otros estados en posesión de migrantes en situación irregular.
DeSantis, que se tiene previsto que anuncie su candidatura a la presidencia en las próximas semanas, ha convertido la inmigración en una de sus principales prioridades y ha adoptado posturas de extrema derecha en torno a la migración con el fin de ganar apoyo de los votantes para las primarias republicanas.