MADRID (AP) — La policía española tomó medidas el martes tras el más reciente de abuso racial contra Vinicius Junior, al detener a siete personas que fueron acusadas de agresión racista hacia el astro del Real Madrid.
Paralelamente, las autoridades del fútbol español actuaron con prontitud al sancionar al Valencia con una multa de 45.000 euros (48.500 dólares) y clausurar por cinco partidos una de las gradas del estadio Mestalla.
Tres individuos fueron detenidos en Valencia por supuestos insultos contra Vinicius en el partido Valencia-Real Madrid por la Liga española. Otras cuatro personas fueron detenidas en Madrid, acusadas de presuntamente colgar en enero una efigie del jugador en un puente sobre la autopista cerca de la capital española.
Las detenciones siguen a un aluvión de muestras de apoyo a Vinicius después de que denunció los insultos en Valencia. El caso provocó condenas generalizadas tanto el mundo del deporte como en instituciones españolas y en otros países.
El sector del Mestalla que estará cerrado fue de donde se profirieron los insultos contra Vinicius, justo detrás de uno de los arcos. Es precisamente la grada en la que suelen ubicarse los ultras del Valencia.
Además, el comité de competición de la Federación Española de Fútbol tomó la inusual decisión de anular la tarjeta roja mostrada a Vinicius tras un altercado con jugadores del Valencia en los últimos minutos del partido del domingo. El comité indicó que el videoarbitraje no le facilitó al colegiado las imágenes del momento en el que un rival sujetó a Vinicius por detrás.
Vinicius se quejó que la tarjeta roja había sido una recompensa para los que le insultaron.
España ha sido criticada en todo el mundo por su falta de medidas contra el racismo en el fútbol. Funcionarios brasileños, incluido el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, han expresado de forma pública sus preocupaciones.
Vinicius, quien es negro, ha sufrido reiterados ataques racistas en España, especialmente esta temporada cuando empezó a celebrar sus goles con bailes.
El astro criticó duramente a las organizaciones españolas de fútbol por no hacer más por detener el racismo.
Publicó otro mensaje en Twitter el martes en el que afirmó que el racismo existía en los estadios españoles desde antes de que él hubiera nacido, refiriendo imágenes en las que Roberto Carlos, el ex lateral brasileño del Madrid fue víctima de insultos racistas en 1997.
“¿Qué ha cambiado hasta hoy?”, preguntó Vinicius.
El partido contra el Valencia se interrumpió temporalmente después de que Vinicius dijo que un aficionado tras una de las porterías le había llamado mono y le había hecho gestos simiescos. Vinicius consideró abandonar el campo, pero finalmente siguió jugando.
En el caso de enero, una efigie del delantero apareció colgada del cuello la mañana de un derbi entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid en la Copa del Rey. Al lado había un cartel con las palabras “Madrid odia al Real”.
Los responsables emplearon un maniquí negro con el nombre de Vinicius, le ataron una cuerda al cuello y lo colgaron de un paso elevado antes del amanecer.
La policía dijo que tres de los detenidos pertenecían a un grupo de hinchas radicales del Atlético y el otro era un seguidor del grupo. Varios tenían antecedentes policiales por otros delitos.
Uno de los grupos de hinchas del Atlético emplea a menudo el mensaje de odio que aparecía en el cartel, aunque el grupo negó entonces cualquier responsabilidad por el incidente.
Los cuatro detenidos tenían entre 19 y 24 años, según la policía. Algunos habían sido identificados en partidos como de alto riesgo de violencia.
La policía publicó imágenes de los detenidos, cuando se les trasladaba esposados y bajo escolta policial el martes, según medios españoles. Las autoridades no aclararon si el momento de los arrestos estaba relacionado con la gran atención provocada por los últimos ataques contra Vinicius el domingo.
Las luces que iluminan la estatua de Cristo el Redentor en Río de Janeiro se apagaron el lunes por la noche en una muestra de solidaridad con el astro brasileño.
“Es una acción de solidaridad que me emociona”, dijo Vinicius en Twitter. “Pero sobre todo quiero inspirar y arrojar más luz sobre nuestra lucha”.
El jugador agradeció todo el apoyo que ha recibido en los últimos meses en Brasil y otros países.
“Sé quién es quién”, afirmó. “Cuenten conmigo, porque los buenos son mayoría y no voy a rendirme. Tengo un propósito en la vida, y si tengo que sufrir más para que las futuras generaciones no pasen por situaciones parecidas, estoy listo y preparado”.
El Valencia vetó de por vida a un aficionado identificado por insultar a Vinicius durante el juego. El Real Madrid llevó el caso a los tribunales como posible crimen de odio.
La Liga española ha presentado nueve denuncias penales por insultos racistas contra Vinícius en las últimas dos temporadas, la mayoría de las cuales fueron archivadas por la fiscalía.
El torneo anunció el martes que intentaría ampliar sus poderes para emitir sanciones en casos de delitos de odio durante los encuentros. La organización había dicho que sólo puede detectar y denunciar los incidentes a las autoridades y a la federación española de fútbol.
En el pasado se ha multado y vetado a aficionados de los estadios por los ataques a Vinicius, pero por ahora sólo un hincha del Mallorca podría acabar en juicio por insultos racistas al brasileño durante un encuentro.
Se espera que el primer juicio en España contra un aficionado por insultos racistas en el fútbol profesional se celebre este año, en un proceso contra un aficionado del Espanyol por insultos al delantero del Athletic de Bilbao Iñaki Williams en un encuentro en 2020.
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Tales Azzoni está en Twitter: http://twitter.com/tazzoni