MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
"Me siento muy bien, pero escucho a mis médicos", afirmó Netanyahu en un video publicado en las redes sociales antes de la operación. Asimismo, adelantó que recibiría el alta durante la jornada del lunes y afirmó que podría trasladarse al Parlamento de cara a una votación clave del proyecto de reforma del aparato judicial.
Así, el primer ministro israelí, conocido popularmente como 'Bibi', espera poder votar a favor de la eliminación de la llamada "cláusula de sensatez", un mecanismo de supervisión judicial sobre las decisiones del Gobierno, en el marco de la polémica reforma que está impulsando y que, según sus críticos, supone un atentado contra la separación de poderes.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha reclamado en las últimas horas a Netanyahu que "no se apresure" a la hora de sacar adelante la reforma y ha sostenido en declaraciones al portal Axios que "parece" que la propuesta del Gobierno --integrado por partidos ultraderechistas y ultraortodoxos-- "se está volviendo más divisiva, en vez de menos".
"Dado el nivel de amenazas y desafíos a los que se enfrenta Israel ahora mismo, no tiene sentido que los líderes israelíes se apresuren en esto. Deberían centrarse en acercar a la gente y encontrar el consenso", destacó, en medio de los llamamientos de la oposición para reactivar las conversaciones para intentar alcanzar un consenso sobre el proyecto, que ha provocado masivas movilizaciones populares.
La Knesset está debatiendo la tercera lectura del proyecto de ley liderado por Netanyahu para anular la denominada "cláusula de sensatez" que habilita a los tribunales a anular una decisión del Gobierno si considera que va en contra del sistema democrático. Mientras, el presidente del país, Isaac Herzog, ha presentado una nueva propuesta para intentar lograr un acuerdo, a la que se ha sumado el líder de la oposición, Yair Lapid.
Los críticos con la reforma judicial argumentan que se trata de un ataque al equilibrio de poderes de Israel, fundamentalmente a las bases en las que se asienta la democracia, ya que concede al Parlamento una influencia inusitada para revocar decisiones judiciales.
