MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
La polémica estalló el miércoles, cuando la cadena pública ERR divulgó una información referente a la empresa Stark Logistics AS, propiedad del marido de Kallas, Arvo Hallik, en casi una cuarta parte. La compañía ha alegado que trabaja para un cliente estonio que quiere cerrar su negocio en Rusia.
A las dudas de la oposición se han sumado este jueves las del presidente, Alar Karis, que teme que este episodio ponga en tela de juicio la voluntad real del país de aislar a Rusia como represalia por la agresión sobre Ucrania. "La sociedad espera explicaciones de la primera ministra", ha dicho, según la agencia Bloomberg.
Kallas, que ya el miércoles negó cualquier potencial connivencia con intereses rusos, ha recalcado que "ni un sólo euro, dólar o rublo" ha ido a manos de Rusia por los trabajos de la empresa de su marido. "Me mantengo en la idea de que las empresas locales deben encontrar la brújula moral y declinar contratos que puedan ayudar de alguna manera a la maquinaria de guerra rusa", ha agregado.