MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Al menos ocho militares yemeníes y 15 insurgentes huthis han muerto en una serie de fuertes enfrentamientos ocurridos durante las últimas horas en la provincia de Laj, en el sur del país, en un repunte de las hostilidades tras meses de relativa calma tras el acercamiento entre Arabia Saudí e Irán, respectivos aliados de ambos bandos.
Mohammed Al Naquib, portavoz de las fuerzas independentistas suryemeníes, aliadas a regañadientes del Gobierno, ha descrito lo ocurrido a Arab News, como "la batalla más sangrienta de los últimos meses; una que ha dejado además otra decena de heridos entre sus filas. "Y todo es culpa", ha lamentado el portavoz, "de todas las concesiones que el Gobierno ha ofrecido a los huthis, de todas sus propuestas y de todas sus iniciativas de paz".
A pesar del descenso de las hostilidades y gestos como el intercambio de un millar de presos gracias a la mediación omaní, responsables del Gobierno de Yemen se han pasado las últimas semanas acusando a los huthis de seguir atacando objetivos civiles y militares en Laj, Marib y Taiz.
Los huthis también siguen denunciando bombardeos saudíes sobre sus posiciones, a un coste de 4.000 efectivos desde principios de año, según medios afines a los insurgentes en informaciones recogidas por Arab News.
El ataque huthi, ocurrido en la zona de Yafa, tiene lugar un día después de que el Consejo de Liderazgo Presidencial, el más alto órgano ejecutivo del Gobierno yemení, acusara a los huthi se seguir obstaculizando el establecimiento de un verdadero proceso de paz tras una década de conflicto y que ha convertido al país en la mayor tragedia humanitaria de la actualidad.
Uno de los integrantes del consejo, Sultán al Aradah, acusó a los insurgentes de proseguir con su asedio a zonas controladas por el Gobierno para apropiarse de sus recursos, especialmente el petróleo, en una maniobra de presión con vistas a unas posibles negociaciones, todavía en proceso de consolidación.