BUENOS AIRES (AP) — El presidente electo de Argentina, Javier Milei, se topó con las primeras resistencias de sindicatos y titulares de medios públicos a su plan de ajuste que incluye privatizaciones y la drástica reducción del gasto público.
Varios gremialistas reaccionaron el miércoles negativamente al plan del economista de ultraderecha de que Aerolíneas Argentinas pase a manos de sus empleados y potenciar el mercado de “cielos abiertos” para incrementar la libre competencia con todas las líneas aéreas que quieran venir al país.
"Si se quiere cargar Aerolíneas nos va a tener que matar y, cuando digo matar, literalmente va a tener que cargar muertos”, dijo Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), a la emisora radial Nacional Rock.
Al día siguiente de su contundente triunfo en el balotaje del domingo, el líder de La Libertad Avanza anunció en diferentes entrevistas periodísticas su intención de que empresas públicas, entre ellas varias de comunicación y la petrolera YPF, pasen a manos privadas.
Sobre la aerolínea de bandera —que es deficitaria—, Milei señaló que “tiene un personal muy calificado y unidades de negocio rentables y hay que dejársela a los empleados", los cuales “en un contexto de aumento de la competencia van a expulsar a los que se dedican a hacer política en lugar de trabajar”.
Alberto Benegas Lynch, diputado electo de La Libertad Avanza y muy allegado al presidente electo, apuntó al respecto que “no se concibe que alguien pague las pérdidas de Aerolíneas Argentinas cuando en su vida se va a subir a un avión” y que el objetivo “es dársela a los empleados y básicamente es privatizarla”.
Biró advirtió que el Congreso es el que debe determinar si la compañía pasa a manos de una cooperativa y recalcó que "Aerolíneas es de todos los argentinos, no es de los trabajadores, mucho menos de los sindicatos, ni hablar de una agrupación política”.
Pese a su enérgica reacción, el gremialista también se mostró abierto a dialogar con el futuro gobierno y dijo que la compañía puede ser “superavitaria inmediatamente”.
En tanto, Edgardo Llanos, secretario general de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), afirmó que la compañía "sin los aportes del Estado no puede funcionar, no puede competir".
“Cada vuelo son 20.000 dólares de ida y 20.000 de vuelta, en vuelos de cabotaje; tenemos 320 vuelos por día y sería imposible para los trabajadores sostener esto sin el aporte del Estado. Hoy Aerolíneas vuela porque el Estado la sostiene”, remarcó Llanos.
En la actualidad, el mercado aéreo argentino tiene distintos competidores, pero críticos de su funcionamiento señalan que los subsidios a la aerolínea de bandera atentan contra la competencia en igualdad de condiciones.
Las críticas también han surgido del lado de los titulares de Radio y Televisión Argentina y de la agencia oficial de noticias Télam, que advirtieron que los medios públicos "son esenciales para el fortalecimiento de la vida democrática, la libre expresión, la diversidad de voces y la construcción ciudadana” luego de que Milei anunciara que también planea privatizarlos.
Recordaron además que “el mandato de servicio público” para medios como TV Pública, Radio Nacional o Télam está establecido por ley.
En un gesto por apaciguar los ánimos, al menos institucionalmente, la expresidenta de centro-izquierda y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, recibió el miércoles a su sucesora en el cargo, Claudia Villarruel en el Senado.
"Fue una reunión histórica para todos los argentinos”, destacó la vicepresidenta electa tras el cónclave. “Va a ser una transición ordenada y respetuosa. Ha sido todo dentro de lo democrático, de lo cordial”.
Del lado de la líder peronista, la cuenta oficial del Senado en la red social X detalló que durante el encuentro “se coordinó la organización de la Asamblea Legislativa del 10 de diciembre y se repasaron los principales hechos de la gestión”.
Fernández de Kirchner, quien gobernó el país de 2007 a 2015, no se pronunció en sus cuentas sociales. Tampoco hubo foto de la reunión.