La Comisión Electoral Central de Rusia ha planteado formalmente que las elecciones presidenciales de marzo de 2024 se celebren también en las regiones ucranianas que permanecen actualmente ocupadas.
La Comisión ya confirmó la semana pasada que la cita se desarrollará del 15 al 17 de marzo. A ella concurrirá de nuevo el actual presidente, Vladimir Putin, que gracias a una reforma constitucional ha podido sortear el anterior límite de dos mandatos consecutivos.
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El ente electoral ha mantenido contactos con el Ministerio de Defensa y con el Servicio Federal de Seguridad (FSB) con vistas a buscar la manera de extender la cita a las zonas ocupadas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, parcialmente controladas por las fuerzas rusas.
Moscú asumió la soberanía de estas zonas por decreto en octubre de 2022, en contra del criterio de la mayor parte de la comunidad internacional y del propio Kiev, y ahora la Comisión Electoral ha abierto la puerta a que por primera vez sus habitantes elijan al presidente de Rusia.
La resolución está ya en manos del presidente Putin y del Consejo de la Federación, según una nota oficial recogida por la agencia de noticias Interfax.
La directora de la Comisión Electoral Central, Ella Pamfilova, dijo la semana pasada que la comisión tomaría una decisión por separado sobre si realizaría las elecciones en las cuatro regiones ucranianas parcialmente controladas debido a que hay una ley marcial en vigor en dichas zonas.
Hace unos meses, los legisladores rusos modificaron las regulaciones para permitir que se celebren elecciones en territorios donde haya una ley marcial vigente.
Ucrania, por su parte, ha condenado la intención rusa de organizar elecciones presidenciales en territorio ocupado.
Su Ministerio de Asuntos Exteriores señaló que ese tipo de votaciones en las regiones ocupadas sería “nulo e inválido” y dijo que cualquier observador internacional enviado a supervisar las elecciones rusas enfrentaría ”responsabilidades penales”.
