Este 29 de julio llegaron a la Catedral Metropolitana las reliquias de San Judas Tadeo, que consisten en el hueso de uno de sus brazos; fue unos de los 12 apóstoles de Jesús y la reliquia recorrerá templos en la Ciudad de México, Estado de México, Tlaxcala y Puebla
Este santo, a quien se le invoca para solucionar una causa difícil, comenzó a tener notoriedad entre los mexicanos en la década de 1980, ya que el contexto económico así lo ameritaba, pues comenzaron las constantes devaluaciones del peso, la inflación alcanzaba porcentajes de tres cifras, se complicaba el pago de la deuda externa y la crisis económica llevó a la desesperación de millones de familias que enfrentaron la adversidad.
La devoción a San Judas Tadeo fue introducida por los padres claretianos, congregación fundada por Antonio María Claret, religioso español, misionero en Cataluña y Canarias y arzobispo de Santiago de Cuba.
De acuerdo con el semanario Desde la Fe, la devoción a “San Juditas” comenzó a tener relevancia por ser un símbolo de fe y esperanza para las familias afectadas por la crisis, lo cual comenzó a crear mayor fama.
“Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorros del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente en la que te presento a continuación”, dice una parte de la oración con la que se pide su ayuda.
Protección a actividades irregulares
Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzaron a rendirle culto personas dedicas a actividades delictivas, que lo usan como su protector y piden su intervención para poder concretar alguna acción fuera de la ley y que acostumbran a reunirse en el Templo de San Hipólito en la Ciudad de México y que cada día 28 de mes agradecen a San Judas Tadeo por algún favor concedido o pedir su ayuda.
El cura Tharcisse Rukundo destacó que: “San Judas Tadeo no es un santo que proteja a los maleantes, a los delincuentes, a las personas que quieren hacer daño a otros; sino un santo que quiere mostrarnos el camino hacia Jesús”.
La oración a San Judas Tadeo es la siguiente:
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados.
Ruega por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a ti concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza.
Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales), y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.