El virus Oropouche se identificó a partir del suero de trabajadores rurales que residían cerca del río Oropouche en Trinidad y Tobago en 1955. Posteriormente, hubo varios brotes en Brasil hacia fines del siglo pasado. Lo preocupante es que actualmente se está propagando en algunos puntos del continente americano.
En ese sentido, este año se ha producido el primer reporte de muertes asociadas a la infección por Oropouche, y se detectaron “casos de transmisión vertical relacionados con muertes fetales y microcefalia en recién nacidos”, según la agencia sanitaria Organización Panamericana de la Salud (OPS), con base central en Washington, Estados Unidos.
El virus puede ser transmitido por la picadura de diferentes insectos. Tras picar a una persona o animal infectado, el insecto puede transmitir el virus a una persona susceptible. Cabe destacar que no se transmite de persona a persona y que actualmente no hay vacuna ni un tratamiento específico para la infección.
¿Cómo se transmite?
El virus en cuestión cuenta con dos ciclos de transmisión, uno es de forma silvestre donde los reservorios son vertebrados (primates, perezosos y roedores), y sus vectores son los mosquitos de las especies Cx. quinquefasciatus , Aedes serratus y el jején Culicoides paraensis, principalmente.
Asimismo, existe un ciclo epidémico urbano, en el cual la infección se mantiene principalmente entre el mosquito de la especie jején Culicoides paraensis y el ser humano.
Los síntomas incluyen aparición repentina de fiebre, dolor de cabeza, rigidez en las articulaciones, dolores y molestias y, en algunos casos, intolerancia a la luz, visión doble, náuseas y vómitos persistentes. Los signos pueden durar de cinco a siete días. A la fecha no existe un tratamiento específico.
Hasta el 30 de julio pasado se habían notificado 8 mil 78 casos confirmados de Oropouche en cinco países del continente entre los que se encuentran Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba y Perú.