La industria de la construcción tiene una reputación negativa: sucia, ruidosa, dominada por hombres y tecnológicamente conservadora. Aún emplea a pocas mujeres, pero las nuevas tecnologías abren nuevas oportunidades.Larissa Zeichhardt emplea un perro robot en su empresa de construcción. Está equipado con varias cámaras y sensores, y documenta el trabajo de la empresa familiar LAT, de Berlín, especialista en el tendido de cables de alta tensión en vías ferroviarias.
Zeichhardt sabe que, tras un turno completo en la obra, a la gente le cuesta volver al escritorio para documentar el trabajo. Pero, sin documentación, el siguiente turno no sabría exactamente dónde están los cables.
El robot libera de esta tarea de los montadores. Recorre la vía, registra las ubicaciones y transfiere los datos directamente a un modelo virtual en 3D de la estructura (BIM o Building Information Modelling) al que todos pueden acceder. La recopilación automática de datos también evita daños en los cables, cortes de electricidad y costosas reparaciones: si no se conociera su ubicación exacta, podrán sufrir daños durante otros trabajos.
Historia de una dupla exitosa
La ingeniera eléctrica Zeichhardt y su hermana Arabelle Laternser se hicieron cargo de la mediana empresa familiar hace diez años, tras la repentina muerte de su padre. Juntas llevaron a LAT a la era digital, en parte por afinidad con la tecnología y en parte por pura necesidad.
Zeichhardt estaba embarazada cuando murió su padre, y su hermana le traía constantemente nuevos documentos a casa para firmar. En algún momento, digitalizaron toda la administración para poder trabajar desde cualquier lugar.
Los empleados en las vías también utilizan herramientas digitales. La documentación completa, la gestión de herramientas y los documentos de seguridad laboral se resumen en una aplicación. A menudo el trabajo tiene que realizarse de noche, en fines de semana o días festivos. Por eso, intentan aliviar a la gente del papeleo.
Pocas mujeres en la industria
La industria de la construcción tiene una reputación bastante negativa: sucia, ruidosa, dominada por hombres y tecnológicamente conservadora. En Alemania, obras de construcción que se prolongaron en exceso, como las del Aeropuerto de Berlín, la Estación Central de Stuttgart o la Filarmónica del Elba en Hamburgo son sinónimo del derroche de millones de euros y el caos.
Sin embargo, un problema aún mayor en la industria es la escasez de trabajadores cualificados. Según la Asociación Alemana de la Industria de la Construcción (HDB), una cuarta parte de ellos se jubilarán en los próximos diez años. Pero no hay suficientes jóvenes, especialmente mujeres, para reemplazarles.
Según HDB, el sector de la construcción es el que cuenta con menos empleadas en Alemania: 14 %. La promesa de buenos ingresos no basta. En trabajos que implican construir muros, pavimentar caminos y cavar canales, sólo el 2 % de los que trabajan son mujeres. La cuota apenas ha crecido desde los años 2000. Aunque si se trata de planificación y seguimiento de proyectos, la cifra es como mínimo del 28 %.
Difícil equilibrio entre vida laboral y personal
Mudarse de una obra a otra es difícil de conciliar con la vida familiar. El personal exige horarios de trabajo más flexibles, apoyo con el cuidado de los niños y trabajo móvil. La red WIR.KÖNNEN.BAU busca inspirar a más mujeres a seguir estas carreras.
No obstante, LAT recibe muchas solicitudes interesantes de mujeres y jóvenes, "aunque como somos una empresa pequeña, con alrededor de 130 empleados, no podemos invertir mucho en el reclutamiento", dice Zeichhardt. Ella atribuye esto a la imagen moderna de la empresa, los premios recibidos por su trato familiar y la colaboración con empresas emergentes.
Buen ambiente de trabajo
La digitalización y la inteligencia artificial (IA) abren nuevos campos de trabajo en la construcción, especialmente para las mujeres, coincide Bianca Weber-Lewerenz, autora del libro "Diversidad en la construcción: las innovaciones". En 1997, Weber-Lewerenz fue la primera albañil del estado federado alemán de Baden-Württemberg. La prohibición de que las mujeres trabajaran en la construcción en Alemania occidental se había levantado hacía poco, en 1994.
Haber aprendido el oficio de albañil desde cero ayuda a esta doctora en ingeniera civil a convencer ahora a todas las plantillas de que la construcción, las mujeres y la IA combinan a la perfección: "En aquel entonces, la grúa de albañilería también nos liberaba del trabajo físico pesado. Así es exactamente como funciona la IA", explica.
Esto también se aplica al reconocimiento de imágenes y objetos: "Tras instalar las tuberías, tomo una foto y la envío al departamento de facturación. Pueden emitir la factura inmediatamente porque la IA define la sección terminada". Mediciones, planificación y diseño se pueden realizar fácilmente en trabajo remoto. "Obviamente, la presencia de una arquitecta o ingeniera civil en la obra también es necesaria. La cuestión es con qué frecuencia y por cuánto tiempo".
Por cierto, estar sola entre hombres nunca la molestó: "Los hombres respetan a las mujeres que aguantan la intemperie, sin importar el clima, y que tienen un plan", dice. Como miembro de la asociación Mujeres destacadas de Baden-Württemberg, es mentora de alumnas y estudiantes interesadas en una carrera en la construcción.
Usar la IA con sensatez
"Me interesa saber qué herramientas tienen sentido en una empresa para delegar el trabajo pesado y monótono a las máquinas, construir de forma más eficiente, evitar el desperdicio de material, proteger los datos y reforzar los valores importantes de nuestra industria: valoración, fiabilidad y calidad", enfatiza la consultora de IA.
En 2020, fundó la Iniciativa de Excelencia para la IA sostenible guiada por humanos en la construcción. Fue pionera en pensar conjuntamente la ética, la IA y la construcción. A esta iniciativa se han sumado la Asociación Alemana de la Industria de la Construcción (HDB), la Asociación para la Gestión del Valor (EMB) y varias universidades.
(rml/ers)