Más de 14 millones de personas fuman o vapean activamente en México, de las cuales la cuarta parte tiene entre 18 y 24 años, y aunque los daños del tabaco al corazón y los pulmones son bien conocidos, existe un riesgo que suele pasar desapercibido: el deterioro de la salud visual.
En el marco del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemora este 31 de mayo, el APEC Hospital de la Ceguera advierte sobre los efectos del tabaquismo en los ojos, un órgano altamente vulnerable a las sustancias tóxicas del humo del cigarro.
Explica que estas toxinas ingresan al torrente sanguíneo y alcanzan los tejidos oculares, provocando daños que pueden ser irreversibles.
Especialistas de la institución resaltan que el consumo de tabaco puede desencadenar o agravar diversas enfermedades visuales, entre ellas, destaca el incremento del riesgo de desarrollar cataratas hasta en un 40%, una condición que nubla el cristalino del ojo y puede requerir cirugía prematura.
También se relaciona con una mayor probabilidad —hasta cinco veces más alta— de sufrir Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), una enfermedad que afecta la visión central y puede conducir a la pérdida severa de la vista.
Otros efectos del tabaco en la visión incluyen el síndrome de ojo seco, que genera ardor, visión borrosa e irritación constante, así como un mayor riesgo de glaucoma y neuropatías ópticas, enfermedades que dañan el nervio óptico y pueden progresar sin síntomas hasta causar ceguera permanente.
Asimismo, plantean que el tabaquismo puede empeorar enfermedades preexistentes como la retinopatía diabética o la orbitopatía tiroidea, incrementando las complicaciones visuales en personas con diabetes o trastornos de tiroides.
“El humo del tabaco contiene miles de sustancias tóxicas que ingresan al torrente sanguíneo y se distribuyen por todo el cuerpo, incluyendo los ojos, donde pueden causar daños graves y muchas veces irreversibles”
— Dra. Daniela Barba Castelo
Signos de advertencia temprana
Entre los factores, contemplar se encuentra:
- Visión borrosa
- Mayor sensibilidad a la luz
- Dificultad para ver de noche
- Resequedad ocular
- Alteraciones en los colores o manchas oscuras en la visión central
Ante cualquiera de estos síntomas, es fundamental consultar a un oftalmólogo.
Por último, los especialistas refrendan que a pesar de que los daños visuales se desarrollan con el tiempo, dejar de fumar siempre es beneficioso.