Con solo 24 años, Sebastian Haffner escribió una novela romántica ambientada en la época del ascenso de Hitler. Casi un siglo después, se ha convertido en una sensación literaria.Un joven e inquieto Sebastian Haffner era típico de una generación de escritores y periodistas alemanes que abandonaron su país en los años 30 para escapar del régimen nazi.
Instalado en Londres, Haffner describió el avance de la dictadura en su memoria "Historia de un alemán", un libro que dejó archivado durante décadas y que fue publicado con gran éxito en 2002.
Pero antes de esa lúgubre historia sobre la mayoría de edad en la Alemania de entreguerras, había escrito una novela cuando solo tenía 24 años. Titulada Abschied ("Despedida"), el manuscrito perdido fue descubierto por su hijo, Oliver Pretzel, tras la muerte del autor en 1999.
Pasaron casi 25 años hasta que se publicó. Pero la historia de un amor juvenil dividido entre Berlín y París alcanzó el primer puesto en la lista de los más vendidos en Alemania apenas una semana después de su publicación en junio.
Un último destello de luz
Despedida fue escrita en pocas semanas a finales de 1932, cuando la atribulada República de Weimar era sustituida por el fascismo y Hitler se preparaba para tomar el poder. Entonces, el autor se llamaba Raimund Pretzel; adoptó el seudónimo Sebastian Haffner para proteger su identidad tras llegar al Reino Unido en 1938.
En esa época, Haffner era un joven abogado liberal en formación en un tribunal de Berlín, donde fue testigo de cómo los jueces judíos y socialdemócratas eran expulsados con la llegada de los nazis al poder.
Pero, a pesar del ambiente sombrío que envuelve la novela, la historia autobiográfica de amor mantiene un tono esperanzador.
Florian Kessel, editor en Hanser Verlag, la calificó como "una novela maravillosamente libre, llena de cigarrillos, encuentros y amores llevados al éxtasis". Y también "repleta de alusiones a la historia violenta que ya se estaba desarrollando".
Según el escritor y crítico literario Volker Weidermann, quien escribió el epílogo, la historia refleja el amor real de Haffner por una mujer en Berlín que se marchó a París a principios de los años 30, antes de que él la siguiera.
Pero el romance entre Raimund y Teddy "básicamente ya ha terminado" cuando él llega a París e intenta revivir un amor de fin de verano. Ella había visto con claridad hacia dónde se dirigía Alemania, cada vez más nacionalista y antisemita. Él permaneció en Berlín hasta que fue demasiado tarde.
El nombre real de Teddy era Gertrude Joseph, una mujer judía nacida en Viena, a quien Haffner conoció en Berlín antes de que ella partiera a estudiar a la Sorbona en 1930. Se reencontraron en la capital alemana en 1933, cuando ella le anunció que se casaría y no regresaría. Fue entonces cuando Haffner decidió ir a París tras ella. Gertrude Joseph acabó formando una familia en Suecia, pero ambos mantuvieron correspondencia durante toda su vida, según Weidermann.
25 años de espera para su publicación
El manuscrito de Despedida fue hallado en un cajón junto a la obra de no ficción "Historia de un alemán". Pero su publicación tardó 23 años, en parte por "diferencias dentro de la familia respecto a si debía publicarse", relató Oliver Pretzel, en una entrevista con la revista Republik.
"Mi padre no dejó nada escrito al respecto en su testamento", explicó Pretzel. Sin embargo, él y su sobrino —quien heredó los derechos por parte de su madre— finalmente acordaron publicar el libro, que el propio Pretzel editó.
Los herederos de Haffner estaban comprensiblemente "preocupados" de que este "texto juvenil, ligero y temprano" pudiera empañar la "reputación del historiador serio", escribió Weidermann.
Pero precisamente esta novela "apasionada" y "sin aliento" describe "el origen del dolor sobre el que se sustentan sus libros posteriores", añadió.
El crítico se refería a obras como "Alemania: Jekyll y Hyde" (1940), un análisis de cómo la sociedad alemana abrazó el nazismo tras reaccionar a la derrota en la Primera Guerra Mundial con "resentimiento, desafío y rencor".
Publicado apresuradamente antes de la invasión nazi a Bélgica y Países Bajos, con la esperanza de influir en los lectores alemanes, el New York Times calificó el libro en 1941 como "un excelente análisis de los males de Alemania" y del deseo de su pueblo de "engancharse a una estrella maligna".
En "Historia de un alemán", Haffner describe una escena en su oficina judicial que ejemplifica su aguda y profética obra periodística: "Entonces, no demasiado alto, alguien dijo: 'Están echando a los judíos', y algunos otros rieron. En ese momento, esa risa me alarmó más que lo que realmente estaba ocurriendo. De repente, me di cuenta de que había nazis trabajando en esa sala".
Un renacimiento literario
En sus escritos históricos y periodísticos, Haffner —que regresó a Alemania en 1954— fue visto como "un forense del alma alemana que trabaja con bisturí", según el autor y crítico suizo Matthias Zehnder. "Su novela, en cambio, está pintada con una ligereza impresionista".
La publicación de "Despedida" deja entrever un talento narrativo que nunca llegó a desarrollarse plenamente. "¡Qué novelista habría sido Sebastian Haffner!", escribió Weidermann, elogiando su "tremenda capacidad de observación, su enorme ingenio, frase tras frase".
Oliver Pretzel relató cómo encontró tanto "Historia de un alemán" como "Despedida" en el mismo cajón tras la muerte de su padre, aunque ambos textos eran muy distintos.
"Me gustó especialmente 'Despedida' porque tiene un tono ligero y sigue rebosante de alegría de vivir, algo que falta bastante en 'Historia de un alemán"', dijo en una entrevista con la editorial Hanser. "En este último, da la impresión de ver el mundo de forma sombría, mientras que en 'Despedida' predomina una mirada esperanzadora".
(gg/rml)