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Colocan “manta patriota” en la banca que dejó vacía el retiro de estatuas de El Che Guevara y Fidel Castro

Vecinos de la alcaldía Cuauhtémoc colocaron una lona con mensaje nacionalista en la banca donde antes se encontraba el Monumento Encuentro

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Foto: (Especial)

Tras el retiro del Monumento Encuentro, obra del escultor Óscar Ponzanelli que mostraba a Fidel Castro y el Che Guevara, vecinos de la colonia Tabacalera, en la alcaldía Cuauhtémoc, colocaron una manta con un mensaje contundente:

Esta banca está reservada para heroínas o héroes mexicanos, no para cerdos comunistas”.

La lona fue fotografiada y compartida en redes sociales por la diputada panista América Rangel, quien aplaudió la decisión y agradeció a la alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega por ordenar el retiro. “El mensaje es claro y el sentir ciudadano también”, escribió la legisladora.

Monumento en disputa: historia, vandalismo y legalidad

Instalado originalmente en 2017 bajo la administración de Ricardo Monreal, el Monumento Encuentro buscaba conmemorar el primer encuentro entre Fidel Castro y el Che Guevara en 1955, ocurrido en un departamento de la calle José de Emparán, en la misma colonia. Ese encuentro sería decisivo para la Revolución Cubana.

Desde su instalación, la escultura fue objeto de críticas, vandalismo y protestas. Organizaciones como Misión Rescate México CDMX lo señalaban como apología de la represión, mientras diputados como Jorge Triana y América Rangel lo tachaban de símbolo de “asesinato” y “homofobia”.

En 2020, fue retirado temporalmente por razones administrativas, aunque volvió al espacio público tras aprobación del COMAEP. Sin embargo, en julio de 2025 la alcaldía argumentó falta de permisos válidos para su presencia.

Simbolismo político detrás del retiro

La alcaldesa Rojo de la Vega defendió su decisión señalando que la escultura carecía de autorización y añadió con ironía:

Ni el Che ni Fidel pidieron autorización para instalarse en Cuba… y tampoco en la Tabacalera. Pero aquí sí se cumple la ley”.

Del otro lado, colectivos como el Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba consideraron el acto como una “agresión” a la historia compartida entre México y Cuba.

Ahora, en lugar de las figuras revolucionarias, queda una banca vacía adornada por un mensaje que refleja una clara postura ideológica. La controversia sigue abierta.

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