Hossein Nabor Guillén, político originario de Tixtla, Guerrero, fue asesinado a balazos este martes, en un hecho que ha generado conmoción en la región y en el ámbito político estatal. Con una carrera que abarcó más de una década, Guillén había ocupado diversos cargos públicos y transitado por dos partidos políticos relevantes: el PRD y Morena.
Tixtla, su municipio natal y principal bastión político, es una localidad afectada por la violencia entre grupos criminales, como “Los Ardillos” y “Los Tlacos”, que se disputan el control territorial de la zona.
De alcalde en el PRD a subsecretario en Morena
Hossein Nabor Guillén inició su carrera política en el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En 2015, fue electo presidente municipal de Tixtla, cargo que ocupó hasta 2018. Durante su administración, el municipio vivió un recrudecimiento de la violencia a causa del fortalecimiento de organizaciones delictivas. Su gestión fue objeto de críticas por presuntas omisiones en materia de seguridad, aunque no se registraron investigaciones formales en su contra durante ese periodo.
Posteriormente, migró a Morena, alineándose con el grupo político del senador Félix Salgado Macedonio. En 2024, se postuló como candidato a diputado local por el distrito 24, bajo la coalición “Sigamos Haciendo Historia” (Morena-PT-PVEM). Perdió la contienda frente a Jorge Iván Ortega Jiménez, hijo del exdiputado Bernardo Ortega, señalado por presuntos vínculos con “Los Ardillos”.
En febrero de 2025, fue nombrado subsecretario de Política Social de la Secretaría de Bienestar del Gobierno de Guerrero, bajo la administración de Evelyn Salgado Pineda. En este rol, impulsaba programas sociales y mantenía una presencia activa en redes sociales, donde convocaba a sus “paisanos tixtlecos” a sumarse a sus proyectos comunitarios.
Polémicas y acusaciones, ahora un crimen sin resolver
Nabor Guillén estuvo envuelto en diversas controversias. En 2024, circuló un video en redes sociales en el que se le veía abrazando a Celso Ortega Jiménez, presunto líder de “Los Ardillos”, lo que desató señalamientos de posibles vínculos con el crimen organizado. Pese a la polémica, no se abrió ninguna investigación formal.

Asimismo, enfrentó demandas laborales por incumplimiento de pagos y fue blanco de acusaciones entre partidos durante campañas locales.
Su asesinato ocurrió alrededor de la tarde, cuando su vehículo fue interceptado por al menos dos hombres armados mientras circulaba por la carretera federal Chilpancingo-Tlapa, cerca de una pozolería y oficinas gubernamentales. Según la Fiscalía General de Justicia de Guerrero, se abrió una carpeta de investigación por homicidio calificado, aunque hasta el momento no hay detenidos ni se ha confirmado un móvil.