El cáncer de mama es actualmente el tipo de cáncer más diagnosticado en el mundo, concentra cerca del 12% de todos los casos oncológicos y es la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres, según la Organización Panamericana de la Salud.
Miles de mujeres en México —muchas de ellas jefas de hogar— enfrentan la enfermedad con ingresos reducidos, sin acceso a seguros ni redes de apoyo.
Además del costo médico, las pacientes deben lidiar con la pérdida de empleo y la carga del cuidado familiar, lo que profundiza la vulnerabilidad económica y social.
Esto provoca que tanto en México como en la región de América Latina más de la mitad de las pacientes diagnosticadas fallezcan, frente al 17% en los países más desarrollados, una brecha que refleja desigualdades evitables en el acceso a diagnóstico y tratamiento oportuno.
Y esto confirma que el cáncer de mama no solo amenaza la salud de las mujeres mexicanas, también representa una fuerte carga económica para el país.
Cada año, esta enfermedad implica más de 13 mil millones de pesos en costos directos e indirectos, de acuerdo con estimaciones de Pro Mujer.
El sector público gasta alrededor de cuatro mil 200 millones de pesos en atención médica, diagnóstico y tratamientos, principalmente en etapas avanzadas, mientras que las pérdidas por productividad, incapacidades laborales y muertes prematuras superan los nueve mil millones.
A pesar de los avances en salud, la tasa de mortalidad por cáncer de mama en México fue de 18.7 por cada 100 mil mujeres en 2024, y el diagnóstico tardío sigue siendo un problema estructural.
Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Envejecimiento (ENASEM 2021) revelan que solo el 62% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama recibió tratamiento médico, mientras que un preocupante 38% no tuvo acceso a atención.
Detección temprana de cáncer de mama
Frente a este escenario, organizaciones como Pro Mujer apuestan por soluciones tecnológicas y con enfoque de género, su programa de concientización y detección temprana —que incluye un chatbot especializado en cáncer de mama— permitió en 2024 acercar información confiable a más de 16 mil personas, y ayudar a más de cinco mil 500 mujeres a identificar signos de alerta a tiempo.
Según la organización, la detección temprana puede reducir hasta 30% los costos del tratamiento y aumentar significativamente las probabilidades de supervivencia.
Complementar la prevención médica con inclusión financiera, acceso a microseguros y educación en salud puede transformar la forma en que las mujeres enfrentan la enfermedad.
Un desafío de género y derechos humanos
Para Pro Mujer, el cáncer de mama no es solo un problema sanitario, sino una cuestión de equidad, género y derechos humanos.
La organización resalta que invertir en detección, prevención y empoderamiento económico de las mujeres no solo salva vidas, sino que fortalece a las familias, a las comunidades y a la economía nacional.
Sobre todo porque las proyecciones globales advierten que para 2030 podrían registrarse 2.74 millones de nuevos casos de cáncer de mama y 857 mil muertes anuales, y en 2040 la cifra podría escalar a más de tres millones de diagnósticos.