Durante dos años, Georgina, de 50 años, y su hija María, de 13, fueron encerradas en un cuarto de una casa, en la colonia Atlampa, delegación Cuauhtémoc.
Este jueves, por primera vez en dos calendarios, salieron de la habitación atestada de basura y animales, del sitio donde dormían y hacían sus necesidades, informó Reforma.
Fue la madre de Georgina – y la abuela de María-, quien las encerró en ese lugar. Aunque no había cadenas, la mujer se encargó de hacerlas sentir que no valían nada.
Un familiar fue el encargado de presentar la denuncia y la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal las rescató esta semana.
A pesar de la situación, la abuela, de 70 años, gritó en contra de las autoridades: “¿A dónde carajos se las llevan? ¡Hijos de la chingada!”.
Según testimonios, en 2013, Georgina perdió su trabajo y su madre la acusó en todo momento. Metió a hija y nieta y tapó las ventanas con cartón.
La abuela, que padece de sus facultades mentales, mantenía a sus familiares con lo que obtenía por vender desperdicios. La presunta agresora no está acusada de ningún delito.
Georgina y María presentaron un cuadro severo de desnutrición y deshidratación, por lo que fueron hospitalizadas.
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